Impotencia ante el vandalismo en la Ciudad

Aunque los actos de vandalismo sobre esculturas y obras de arte en el espacio público, se reiteran y causan desazón e impotencia en los ciudadanos, debe insistirse en mejorar la vigilancia sobre estos exponentes de la cultura y, sobre todo, afirmar valores de su cuidado y protección en los niños y los adolescentes.

Impotencia ante el vandalismo en la Ciudad
La Ciudad restaurará la obra vandalizada en la plaza Italia. Foto: Prensa Ciudad de Mendoza

A poco más de dos meses de inaugurado, el hermoso monumento a Dante Alighieri en la plaza Italia, éste fue dañado por vándalos.

Sí, aunque al lector le cueste creerlo, la escultura que evoca al adalid de la Literatura universal y gran difusor de la lengua italiana, creación del artista local Orlando Fabián Leytes, fue atacada por desconocidos y afectada por la rotura de uno de sus brazos y pintadas en color azul.

Tendrá que ser ocultada por un tiempo a la mirada de los turistas y el público local, y reparada con un costo que podría haber sido destinado a embellecer la ciudad.

No es el único caso de un conjunto escultórico que haya durado poco sin ser afectado.

Para poner otro ejemplo, en octubre de 2021, las esculturas de Mafalda y sus amigos, ubicadas en las calles Arístides Villanueva y Huarpes, fueron vandalizadas, tan sólo cinco días después de su reinauguración.

Por estas situaciones, apenas una síntesis de un panorama aún mayor de daños, el desconsuelo y la impotencia se apoderan de los ciudadanos que disfrutan del arte callejero de nuestra ciudad, instalado en plazas, parques y otros sitios.

No hay individualización ni castigo para los depredadores de las obras de arte y el mobiliario urbano, como semáforos, señales viales o de indicación de referencias puntuales para el usuario.

Los Andes del domingo 15 de enero pasado, se ocupó de esta grave problemática.

Reparar los perjuicios que producen individuos miserables, como los atacantes de la representación de Alighieri, le costaron seis millones de pesos al municipio de Capital, sólo el año pasado.

Se acumula todo: sustracciones de rejillas, luminarias, graffitis para ocultar señales viales o de otro tipo, y la ya referida agresión a esculturas.

A fines de noviembre del año pasado, alumnos secundarios que festejaban el fin de ciclo en la plaza Independencia de la Ciudad, ingresaron en masa al espejo de agua y provocaron pérdidas muy importantes en esa instalación.

Inversión municipal de por medio, lo afectado fue reparado extrayendo partidas de las arcas públicas y el conjunto sigue ofreciendo su encanto para el solaz del ciudadano local y de los visitantes.

Ignoramos si por lo menos la inconducta de los estudiantes fue asumida por los padres, por aplicación del Código de Contravenciones de la provincial, que prevé, desde octubre de 2018, sanciones para padres y/o tutores de los menores a su cargo y que hayan incurrido en acciones inapropiadas o lesivas de los derechos de otras personas de la comunidad.

Hemos sostenido en comentarios anteriores sobre esta problemática, que además de la vigilancia estricta de los espacios que periódicamente son vandalizados, se debe insistir en el resguardo y preservación de las obras de arte que no están bajo techo, a través de la educación y la formación.

Hay que insistir en que los niños y los adolescentes conozcan y aprecien los productos del arte, individual o colectivo, como pueden ser los murales, y que comprendan que esos objetos no pertenecen solamente a un municipio o una autoridad determinada sino, sobre todo, a la comunidad mendocina en general.

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