La temporada de viajes terrestres a la vecina República de Chile o el regreso del país trasandino a Mendoza, está en pleno desarrollo y el resultado en materia de accidentes de tránsito transcurre de manera riesgosa y no deseada. La cantidad de incidentes viales, algunos trágicos, que se han registrado a lo largo de la ruta nacional 7, es de una magnitud preocupante.
El paso a Chile llegó a estar cerrado en más de una oportunidad por el despiste o el vuelco de camiones u otros automotores.
Es verdad que uno de los casos más complicados ocurrió en el tramo chileno, pero igual revela que en montaña se maneja mal, en uno u otro lado de la cordillera, por lo menos es lo que resulta del análisis del comportamiento de algunos conductores.
En este caso, nos referimos al accidente ocurrido el sábado 14 de diciembre, en la curva 4 de los Caracoles chilenos, que involucró a un camión cisterna cargado con gas, que quedó atravesado en la doble calzada, obstruyendo completamente el avance de vehículos.
De tal manera que la irresponsabilidad de determinados conductores en Alta Montaña sigue siendo un tema sin solución para autoridades del sector y el público en general.
Con el comienzo de un nuevo periodo de vacaciones de verano, se producen largas colas de usuarios en el camino, aumentando el nivel de peligrosidad.
En jornadas pasadas se difundieron videos de conductores de rodados livianos o de gran porte cometiendo infracciones flagrantes, como fue el caso de un camionero que filmó un peligroso incidente dentro del túnel internacional Cristo Redentor: un vehículo particular que adelanta a un colectivo en un sector del camino donde hay doble franja amarilla.
En las imágenes que se filtraron se observa la poca importancia del conductor implicado por la seguridad propia, de sus acompañantes y de otras personas que circulan por la ruta.
Además de exceder los límites de velocidad, no pocos conductores, a cargo de rodados de distinto tamaño, ignoran el peligro de maniobrar en un espacio cerrado con un asfalto con desniveles.
El problema de los riesgos en la vía de comunicación de montaña siempre ha estado, pero es preocupante como se ha incrementado el número de conductores que incumplen normas viales con la intención de ganar unos minutos en su viaje, sin medir que, de sobrevenir un percance, el tiempo que perderán será mucho mayor, sin contar las potenciales derivaciones físicas de colisiones o vuelcos que se puedan producir.
Ante el reiterado quebranto de elementales normas de seguridad vial en el pintoresco camino hacia la frontera, es de esperar mayor severidad y sorpresa en los operativos de seguridad que efectúan efectivos de policías viales y Gendarmería Nacional, de manera de limitar a los infractores queden expuesto a sus malas y peligrosas maniobras.
También es válido el registro de las infracciones en el Corredor Bioceánico, por medio de videos o fotografías tomadas con celulares, que eventualmente servirán para combatir estas acciones a través de denuncias formuladas en fiscalías judiciales o comisarías, y por supuesto contactándose con el 911 para informar sobre los conductores peligrosos.
Además, los particulares que hagan estas comprobaciones con sus dispositivos pueden enviar fotos o videos a las redes sociales, de manera de poner en evidencia a los viajeros infractores y que esa sea una forma de neutralizar a quienes así proceden contra la seguridad pública y se limiten sus maniobras fuera de la ley.
