Diario Los Andes abordó hace unos días atrás el siempre complicado y traumático tema de los incidentes de tránsito en las calles y rutas de la provincia.
En lo que va del año 2023, específicamente hasta el jueves 12 de octubre pasado, han fallecido 100 personas que protagonizaron o se vieron involucradas en accidentes de tránsito en Mendoza.
Si se compara ese doloroso saldo con las víctimas contabilizadas en 2022, al menos hasta el mismo día, son siete muertos fallecidos más.
Esto porque entre el 1 de enero y el 12 de octubre del año pasado perdieron la vida 93 personas en siniestros viales.
Cien fallecidos en colisiones o vuelcos es una cifra que conmueve, son muchas personas que se fueron prematuramente por diversos motivos y muchas de ellas se podrían haber salvado.
Contribuyen ir muy rápido y no utilizar dispositivos de seguridad, aspectos que en nuestra provincia además están relacionados con el mal estado de algunas carpetas asfálticas y de sus correspondientes banquinas.
En este último aspecto, un buen ejemplo de calzadas con defectos y banquinas descalzadas es el Acceso Sur.
Cualquier incremento en la cantidad de víctimas fatales evidencia una señal preocupante y una postergación en el desarrollo de la sociedad en la que actuamos.
Como sostiene la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la problemática vial es un fenómeno de carácter multicausal, involucrando a una diversidad de factores a los cuales es preciso atender al momento del análisis, con el objeto de diseñar políticas públicas que garanticen mejoras en los indicadores de seguridad en las vías de comunicación.
Los datos aportados por la Jefatura de Policía Vial del Ministerio de Seguridad de Mendoza, no son alentadores.
En la consideración del tema, tomamos una sola de las variantes que actúan al producirse un siniestro vial: la velocidad, que es desencadenante de muchos de estos hechos.
Asimismo, la conjunción del exceso de velocidad con otros factores de riesgo vinculados al comportamiento de las personas (como conducir bajo los efectos del alcohol y/o drogas, la falta de uso de elementos de seguridad vial o distraerse), puede incrementar la probabilidad de ocurrencia de siniestros viales fatales.
En la nota de este diario sobre el tránsito y el incremento de pérdida de vidas en siniestros, también se menciona que, dentro de las estadísticas correspondientes a los nueve meses y medio ya transcurridos de 2023, hay un análisis de los accidentes derivados del consumo de alcohol al momento de manejar un automotor.
Sabemos que la provincia autoriza 0,5 gramos de alcohol en sangre al momento de manejar.
En este sentido las estadísticas revelan que ha disminuido la cantidad de actas labradas a conductores que hayan dado positivo en el control de alcoholemia. Hasta el 12 de octubre se labraron 2.080 actas por controles de alcoholemia positivos.
Si bien puede ser reconfortante una disminución en cantidad de positivos, hay un crecimiento en la graduación alcohólica con que se ha detectado a conductores manejando por fuera del límite permitido.
En pocas palabras, hay una baja en el índice de la positividad, pero no en la cantidad de alcohol que se consume.
En esto, las autoridades policiales y los juzgados viales, e inclusive las de la Justicia Civil y Penal, deben ser muy severas porque personas que comenten la infamia de conducir un auto o camioneta con posterioridad a una ingesta, pueden ser causantes no sólo de su muerte sino de la de personas inocentes que son alcanzadas por su gravísima irresponsabilidad.
