La Hora del Planeta más que un símbolo es un movimiento global en defensa del medio ambiente y las personas, en atención a todas las advertencias que se formulan sobre el daño al planeta que habitamos.
Este posicionamiento mundial sobre la naturaleza y los elementos básicos con los que contamos, suelo, aire, y agua, nació en Sídney (Australia) en 2007 como un gesto para llamar la atención sobre el problema del cambio climático.
La Hora del Planeta se presenta como opción para hablar en familia o en los círculos de amistad sobre el medio ambiente y analizar por qué necesitamos proteger la Tierra de los peligros del cambio climático.
La iniciativa es impulsada a nivel global por World Wildlife Fund (WWF), la Organización Mundial de Conservación, y en el ámbito nacional por la Fundación Vida Silvestre Argentina.
En nuestra provincia, uniones vecinales, vecinos agrupados en ONGs, organizaciones privadas y organismos de Estado, podrán dedicar su atención a la propuesta.
El momento elegido se producirá el sábado 25 de marzo, a las 20.30. Es una convocatoria fácil de cumplir: destinar una hora de nuestro tiempo para hacer algo positivo por el planeta Tierra.
Alrededor de monumentos, sitios emblemáticos, como parques y plazas y en hogares de todo el mundo se podrá participar del icónico apagón de una hora: desconectarse de la rutina y de las distracciones cotidianas, para reflexionar sobre qué se puede hacer lugar para mejorar el único hogar que tenemos.
Un símbolo que debemos mantener y sostener es el sistema de soporte vital del planeta, que nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos y por tanto debemos hacer lo posible por salvaguardar la salud del planeta y la de nosotros.
La contaminación lumínica es un problema global, con soluciones locales (un lema que venimos usando desde hace tiempo), como lo sostiene y defiende la doctora en Astronomía mendocina, Beatriz García, investigadora del Conicet.
Esta científica refiere que uno de los proyectos relacionados con el tema de ciencia ciudadana ha sido y es Globe at Nigth, una creación de Constance Walker, de la Universidad de Illinois (EEUU), quien ha compartido por las redes de la Unión Astronómica Mundial su preocupación por la contaminación del ambiente. Tras diez años de recolección de datos, el problema se incrementa cada año y por eso hay que hacer algo.
La educación y la difusión son caminos posibles, pero evidentemente se requiere de mayor presencia para modificar conductas individuales y grupales con vistas a producir cambios que beneficien a la comunidad toda.
La contaminación lumínica no solo afecta la visibilidad de las estrellas, actúa negativamente sobre flora, fauna, salud humana y representa un gasto innecesario frente al uso ineficiente de la energía para iluminación de espacios, principalmente públicos.
La consigna es difundir toda la información posible sobre las adversas consecuencias del cambio climático. Contamos con datos suficientes como para acceder a resultados estadísticos que deben preocuparnos.
Desde su primera edición en 2007, la campaña La Hora del Planeta se ha convertido en uno de los movimientos ambientales más grandes del mundo, convirtiéndose en la representación de millones de personas.
Este año, La Hora… tendrá lugar en circunstancias muy difíciles debido a la guerra entablada por Rusia contra Ucrania y la crisis humanitaria que está provocando.