“En dos ocasiones no debería jugar el hombre: cuando no tiene dinero y cuando lo tiene”, es una de las célebres frases del pensador y escritor norteamericano Mark Twain, que murió en 1910.
Twain lo decía en un mundo que no conocía redes sociales, teléfonos celulares ni conexiones digitales, sólo simplemente casinos, carreras de caballos y juego de naipes, para citar las ofertas más conocidas de la época. Pero, en la actualidad, el juego online se está convirtiendo en una de las grandes adicciones de los tiempos que vivimos.
El juego y las apuestas por Internet han experimentado un notable crecimiento en el país, y también en la provincia.
Es una actividad legal, claro, pero no puede desconocerse que, junto con su difusión y penetración en la sociedad, ha desarrollado un impacto sobre vastos sectores de la población, especialmente entre los jóvenes, quienes corren el riesgo de desarrollar ludopatía, el trastorno de orden psicológico que lleva al individuo a jugar y apostar compulsivamente en un casino o en otro sistema de apuestas. Se compara el impulso a jugar con la adicción al alcohol yo a las drogas ilegales.
Los Andes ha investigado esta problemática en distintas ocasiones, y la última vez que lo hizo fue en la edición del viernes 20 de septiembre, bajo el titulo “A uno de cada dos mendocinos le interesan las apuestas online”.
Es uno de los resultados de un análisis de campo efectuado por la consultora Demokratía, conducida por Nicolás González Perejamo, que extendió su consulta sobre el tema en varias áreas del Gran Mendoza, hasta sumar 713 entrevistas presenciales.
Interesa todo el universo planteado por el estudio de opinión publica, pero en este comentario ponemos el acento en la afectación del juego digital en la juventud.
“La era digital -sostiene el informe- ha transformado radicalmente la forma en que nos relacionamos con las apuestas, convirtiendo a las plataformas online en focos de contagio certero de esta enfermedad”.
La radiografía por grupo etario muestra que los mayores de 65 años encabezan el ránking de apuestas en juegos de azar (a 66,84% le interesa el juego). Y, lo que es preocupante, la siguiente franja, que es la que nos interesa, está ocupada por personas de 16 a 30 años (56,45%).
Riesgoso a todas luces porque la práctica de apostar puede desenfocar las verdaderas metas de los integrantes juveniles de la comunidad.
El consumo problemático de juego online y apuestas deportivas conlleva consecuencias graves en la salud y el bienestar de los jóvenes, que corren el riesgo de incurrir en problemas económicos, laborales y familiares, además de desviarlos en sus objetivos de estudio, si es que están cursando una carrera.
También la Universidad Nacional de Cuyo detectó señales: en sus colegios, 80% de los estudiantes reconoció el riesgo que conlleva participar de apuestas virtuales, mientras que 28,4% de los alumnos encuestados admitió que debió pedir ayuda para poder salir de la encerrona del juego.
Por eso, esperamos que el Gobierno provincial avance en medidas que restrinjan el avance de los juegos online en la adolescencia y juventud, y que desde la Legislatura se consigan leyes en ese sentido. Otras barreras de protección de los sectores más vulnerables serán el sistema educativo y, sobre todo la familia, que se deben confabular, en el buen sentido del término, para contrarrestar la adicción al juego cuando éste se torna difícil de manejar, lo que puede llevar a una pérdida de control sobre la vida del individuo. En una palabra, distinguir entre el juego recreativo y el problemático y brindar apoyo a aquellos que luchan contra la adicción.
Por último, de ser posible, llevar como estandarte la frase de Mark Twain con que iniciamos este comentario.