La Argentina procura, por todos los medios y en todos los ámbitos internacionales, reivindicar la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas, que nos pertenecen por múltiples derechos, pero que permanecen ilegalmente usurpadas por el Reino Unido.
El Gobierno nacional ha agilizado, diversas acciones planteando la necesidad de realizar negociaciones bilaterales entre Gran Bretaña y la Argentina, que permitan encontrar una solución pacífica a la disputa de soberanía. Más cuando hace 55 años, se logró la resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que ha reconocido la existencia de una situación colonial especial y particular en la Cuestión Malvinas, reiterada por el consenso que anualmente suscriben los países integrantes del Comité de Descolonización de la ONU.
La compañía aérea Lufthansa presentó, ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y ante la provincia de Tierra del Fuego, una solicitud para sobrevolar y aterrizar en Malvinas. Estos vuelos chárter, con destino a nuestras legítimas posesiones, se harán el 1 de febrero, el primero; el segundo, el 30 de marzo.
El gesto diplomático de la aerolínea fue destacado por la Cancillería, que señaló que “implica el reconocimiento de las Islas Malvinas como parte del territorio argentino”.
En ambos casos se designa a Ushuaia como aeropuerto alternativo a las Malvinas. Los vuelos tienen el mismo objetivo de transportar a científicos y personal para recambiar a las personas basadas en la estación científica alemana en la Antártida “Neumayer III”, así como la renovación de la tripulación del buque de investigación polar “Polarstern”.
“Es una señal importante que tanto la embajada alemana en el caso del buque de investigación polar, como la empresa Lufthansa para el vuelo, hayan pedido al Gobierno argentino y a la provincia de Tierra del Fuego, el permiso para ir a las Islas Malvinas”, aseguró a través de las redes sociales el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus.
Sin embargo, debe advertirse que hubo un exceso de entusiasmo por parte de nuestra Cancillería, ya que días después de fijar su posición sobre los vuelos de la línea aerocomercial germana, el Gobierno alemán rechazó la afirmación realizada por Argentina en relación a que la solicitud para sobrevolar un itinerario sobre las Islas Malvinas implicara un reconocimiento de las mismas como territorio argentino.
Creemos que, si bien el hecho de pedir determinadas autorizaciones para volar sobre territorio nacional es relevante, el Ministerio de Relaciones Exteriores nacional debió acudir a una mayor cautela en los términos de su declaración sobre el caso y no exponerse con su comunicado a la aclaración que hizo posteriormente el Gobierno alemán.
Expertos en relaciones internacionales señalan que lo deseable hubiera sido un manejo más cauto de las declaraciones y la utilización de una expresión más elíptica en lo concerniente al reconocimiento de la autoridad argentina y no referirlo tan directamente a la cuestión de la soberanía.
En síntesis, es una situación relevante la tramitación efectuada por la aerolínea que debería haberse manejado con mayor cuidado y sutileza. Más en momentos en que el Gobierno argentino está solicitando apoyo al de Ángela Merkel en las negociaciones con el FMI y el Club de París.