Desde hace un tiempo prolongado actúa en los ambientes naturales de Mendoza la Fundación Pro Montaña (FPM), cuyos integrantes comparten el placer de andar en moto por la precordillera y limpiar las pintadas vandálicas que desconocidos realizan en esos espacios y recolectar residuos en senderos inaccesibles para los operarios municipales.
FPM es la primera asociación dedicada principalmente a erradicar las pintadas vandálicas de nuestros monumentos naturales como son las elevaciones de precordillera y cordillera. Contempla también la limpieza y recolección de basura de los distintos senderos de montaña y zonas inaccesibles para los municipios, como así también la colocación de cartelería de prevención y buen uso de los sectores de esparcimiento y deportes de montaña.
Las prestaciones son, entre otras, la remoción de pintadas vandálicas en la montaña; la recolección de residuos; la colocación de cartelería indicando la prohibición de arrojar desperdicios y, lo que es muy importante en estos tiempos, advirtiendo sobre la prohibición de encender fuego.
Últimamente, los integrantes de este grupo intervinieron en diferentes sectores de Luján de Cuyo, removiendo grafitis de diferentes espacios públicos.
Esta cruzada tiene sus orígenes a principios de los años 90 con la inquietud que comenzaban a despertar las formas denigrantes con las que individuos maltrataban la naturaleza, dejando marcas en la cordillera y precordillera. Su socio fundador y presidente, Claudio Mellimaci, comenzó con un grupo reducido de amigos a limpiar los senderos de enduro, aledaños a la ruta provincial 13, que une las afueras de la ciudad de Las Heras con Uspallata.
Como la acción de la fundación tiene costos por los desplazamientos, el material que emplean y otros detalles logísticos, el Gobierno de Mendoza les otorgó un subsidio de un millón de pesos que los emprendedores motoristas aplicaron en limpiar piedras que habían sido vandalizadas con pintadas en el cerro Arco, incluida la puesta en valor de Isidris, la piedra energética de la precordillera.
Por situarse muchas de estas pintadas en lugares inaccesibles para ser removidos con maquinarias, los miembros de Fundación Pro Montaña investigan la posibilidad de aplicar un nuevo sistema con gel removedor y cepillado manual. Además, ya han probado el método de arenado con aire comprimido.
En el proceso de fomentar la conciencia ambiental en la se aplican hombres y mujeres de la entidad, han surgido otros proyectos concatenados de contenido social, protección y prevención del cuidado del ambiente. En ese marco, la Fundación se trabaja en la creación de la figura del preventor ambiental y la implementación de una ley que exija al ciudadano estos conocimientos.
La idea es capacitar a personal ad honorem, que estaría dedicado a documentar acciones y hechos relacionados con la violencia ambiental. Sin embargo, la organización no puede extralimitarse en sus funciones y por eso las denuncias de violencia ambiental serán radicadas por el preventor ambiental ante el Ministerio Público Fiscal.
Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley deberían extremar los recaudos y continuar vigilando y ejerciendo su responsabilidad en ese menester.
El paisaje de montaña no sólo sufre las agresiones de los grafitis, sino también la cartelería de propaganda, la acumulación de botellas de plástico y de vidrio y de otros objetivos en ciertos lugares y descargas de escombros, arrojados a la intemperie en horarios en que nadie (autoridades municipales, policía, etc) controla esas desaprensivas acciones.
La fundación se hace acreedora del apoyo de las autoridades que tienen por misión controlar el paisaje de montaña de Mendoza y debería recibir toda la colaboración posible de la población.