Desde hace un tiempo pronunciado se observa menos ‘chatarra’ vehicular frente a las sedes de las comisarías provinciales, especialmente en el área del Gran Mendoza.
Es un tema sobre el que se ha bregado desde esta columna en distintas ocasiones, como el 29 de noviembre de 1921. Nos referíamos a los rodados, autos, camionetas y motos, que por haber protagonizado choques con lesionados o víctimas fatales, eran (y son) llevados a las adyacencias de las seccionales, a la espera de pericias judiciales. También tuvieron ese destino, autos incautados tras robos u otros delitos con adulteración de número de motor y chasis.
Esa localización de vehículos en penoso estado donde se ubican las seccionales del Ministerio de Seguridad, generaba (y genera) problemas en la circulación, afecta a vecinos y comerciantes y es una fuente de contaminación visual, además de causar una deprimente impresión al visitante o turista que eventualmente pase por esos lugares, dado que no pocas comisarías se ubican en espacios con atractivos turísticos, como ocurría con la seccional 7ª Godoy Cruz, frente a la plaza departamental, o la 10ª de Maipú, que sigue vigente.
La limpieza de algunos sectores adyacentes a las comisarías se ha gestado en los últimos dos años como derivación de la aplicación de la nueva Ley de Tránsito de Mendoza, la 9.024, que posibilitó a los municipios ordenar el tránsito vehicular en sus jurisdicciones, y a la creación de playas de secuestro para dejar de lado el viejo modelo del ‘estacionamiento’ de rodados inservibles en contornos de dependencias policiales.
Asimismo, contribuyó a esta mejora la creación del Programa Mendoza Compacta Promecom Ley 9.359, cuyo objetivo es la coordinación de la ejecución de las etapas del proceso de descontaminación, desguace y compactación de automotores y motos, establecido en la Ley 9.024.
Aunque el proceso de compactación existe, no se lo utiliza como sería deseable y en las distintas playas de secuestro de la Zona Metropolitana y el resto del territorio permanecen todavía una elevada cantidad de unidades que esperan ser convertidos en cubos de chatarra con destino a empresas que reutilizan el material en sus procesos productivos.
Entonces, ponderamos como positivo los pasos dados para eliminar de las calles mendocinas un desagradable espectáculo, que reiteramos, además de ser un factor de inseguridad, contribuye generar basura y porque no, potenciales focos infecciosos.
El ciudadano puede apreciar los progresos experimentados por esta ‘limpieza’ en la jurisdicción de la comisaría 16ª de Las Heras, frente a la plaza Marcos Burgos, sitio que ahora luce limpio y ordenado. Ya citamos además el caso de la 7ª, ahora instalada en su flamante sede de calle Nihuil del Parque San Vicente, o de la seccional 11ª Luján de Cuyo, que al ser ubicada en edificio nuevo en ruta provincial 15, a metros de la ribera norte del río Mendoza, perdió el estigma de lugar tomado por vehículos en desuso, que tenía en su vieja radicación.
Se aguarda entonces que la administración provincial y los municipios sigan con estas acciones para dejar despejadas las calles correspondientes a sus seccionales policiales, y que inclusive se proceda a levantar y desguazar los muchos rodados que hay abandonados en la vía pública de Capital y los otros departamentos.
