La organización Hábitat para la Humanidad Argentina, es una entidad cristiana de personas comprometidas con la causa del hábitat adecuado en nuestro país. El grupo está empeñado en mejorar el acceso a la vivienda segura y asequible, a través de un proyecto denominado “Casas semilla”, que se ha aplicado en distintos lugares del territorio nacional.
La línea de acción propuesta se basa en el concepto de “vivienda progresiva” o “crecedera”. Esta idea de techo ofrece una ventaja económica, ya que permite una mayor producción cuantitativa con menores recursos. La vivienda progresiva apuesta además a la capacidad de las familias para que, mediante el esfuerzo propio y la ayuda mutua, ejecuten las etapas de completamiento, ampliación y mejoramiento de módulos habitacionales básicos.
Este programa apunta a disminuir el déficit habitacional de las familias pertenecientes a la franja de población más vulnerable, otorgando, a quienes dispongan de un lote de terreno con infraestructura básica, los materiales necesarios para la construcción de un módulo habitacional de 32,70m2 de superficie que constará de un dormitorio, baño y cocina comedor.
Claro, quien opte por esta modalidad, además de ser poseedor o propietario de un lote libre de construcción, deberá conformar un grupo familiar, no ser titular de otro inmueble y no percibir el grupo familiar ingresos por encima de dos salarios mínimo vital y móvil.
Su aplicación, complementaria con otras operatorias del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), fomentaría el desarrollo social y la creatividad en jóvenes parejas que se encuentran en la difícil búsqueda de una vivienda asequible.
Por eso, resultaría favorable que el Gobierno provincial incorpore a sus opciones en vivienda digna la producción de unidades bajo el concepto de “vivienda semilla”, entendiendo por tal la “germinación” de un mínimo de bienes materiales básicos que permitirán la materialización de nuevos techos, a crecer con el transcurso del tiempo.
Las iniciativas para fomentar las casas “crecederas o incompletas” deberían surgir tanto de los sectores públicos como de la autogestión comunitaria de grupos y hogares individuales. Entre los “sembradores” públicos se destaca el programa de gran magnitud de vivienda semilla de la provincia de Córdoba y el de la Municipalidad de Bahía Blanca, en este último caso mitigando la destrucción por el fuerte temporal de lluvia y viento de diciembre de 2023.
En igual sentido, se destaca la exposición de políticas de vivienda del exgobernador de Mendoza Rodolfo Suárez, anunciando soluciones habitacionales adecuadas a los sectores de bajos ingresos, mediante el programa “Construyo mi casa”, a gestionar por los municipios.
El otro sector sembrador de semillas de nuevos techos, tiene carácter informal, animado por los hogares auto constructores de cobijos inicialmente mínimos, que se agrupan en villas y asentamientos, llamados barrios populares. Las viviendas y urbanizaciones de las barriadas populares se encuentran en etapas iniciales del desarrollo y mejoras edilicias, provisión de servicios básicos y regularización dominial de los lotes ocupados.
Para la progresiva solución de tales deficiencias, están en vigencia políticas de integración socio urbana de los barrios populares, gestionadas por la ley nacional 27.453, a la que ha adherido Mendoza con la creación del Comité de Barrios Populares por ley provincial 9.428.
Cabe concluir afirmando que se debería sostener el sistema de viviendas básicas auspiciando su producción por el sector público.