En Puente del Inca, uno de los lugares más admirados de la montaña mendocina, hay justificadas expectativas para que, de una vez por todas, pueda concretarse el ansiado ordenamiento del lugar.
Todo pasa por poner en buen estado el contorno de la impactante formación natural del sitio, un puente natural sobre el río Cuevas, antiguo y famosísimo centro termal, que fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
El gobierno provincial ha anunciado que en estos días se convocará a la licitación para el operativo rescate, con vistas a iniciar los trabajos en el mes de octubre.
De acuerdo a lo informado por Los Andes recientemente, las primeras obras para mejorar las villas de Alta Montaña se harán en Puente del Inca, el paraje ubicado a 187.7 km de la ciudad de Mendoza por la ruta nacional 7.
La pretensión es ordenar locales comerciales, mejorar los accesos y recuperar parte de la traza del Trasandino para poner en marcha nada menos que un tren de pasajeros a la cordillera, con vistas a tenerlo en servicio en 2030. Un operativo de largo alcance en el que también estará involucrado el Gobierno de la Nación.
Este proyecto es uno de los tantos contemplados por el plan de desarrollo estratégico de Alta Montaña, que pretende recuperar los principales enclaves cordilleranos, emplazados al costado de la ruta nacional 7.
El operativo de mejoras comenzará, como se ha expresado, por Puente del Inca, que por añadidura a sus bondades paisajísticas y de ubicación dispone del acceso a la ruta Norte para ascender al cerro Aconcagua (6.962 m) y es sede de la Compañía de Cazadores de Montaña 8 “Teniente Primero Ibáñez”.
Lo que se anuncia como recuperación de infraestructura, de accesos viales, de las viviendas de los lugareños y hasta la relocalización de negocios, son aspectos positivos, imprescindibles para reforzar el Corredor Bioceánico y la presencia nacional en zona de frontera, como lo hacen la mayoría de los países.
Anuncios de revitalizar y reformular la actual negativa situación de estas poblaciones se practicaron en el pasado, aunque finalmente no hubo cambios de trascendencia.
Muchos habitantes se cansaron de esperar la renovación de la zona y abandonaron la montaña. Otros operadores turísticos y comerciantes siguen en el terreno y aguardan que en esta oportunidad las promesas se concreten.
En el invierno de 2007 se anunció el inicio del reordenamiento de la villa de Puente del Inca. Se iniciaron algunas ejecuciones, como la construcción de un barrio para relocalizar a los habitantes del cuadro estación, pero no se logró avanzar en otras propuestas y el sitio de las aguas termales siguió enclenque.
La falta de estacionamientos, la recolección de la basura, la no disponibilidad de baños públicos y el cierre de la hostería, son aspectos pendientes que por no disponerlos, atrasan mucho el progreso zonal.
Otra opción de recuperación se abrió en 2018 cuando equipos del Conicet analizaron la estructura y se determinó que el monumento natural corría peligro de fisuras. Entonces, se habló de un plan integral para potenciar el área.
Es hora de iniciar con decisión la recuperación del lugar con infraestructura y normativas adecuadas y hacer del operativo rescate un trabajo permanente, que trascienda el periodo de una gestión de gobierno provincial.