En el campo de la planificación urbanística, el tamaño de la edificación importa si se atiende a los posibles impactos ambientales que poseen los diferentes inmuebles en el contexto donde se instalan.
Estudios que están publicados revelan que un sector de rascacielos genera aproximadamente 140 por ciento más de emisiones totales que un área de menor altura con la misma población, según demuestra una investigación realizada por científicos de las universidades de Colorado Boulder (EEUU) y Napier de Edimburgo (Escocia). Por otra parte, otros estudios demuestran que construcciones de cinco y seis pisos de altura tienen un comportamiento de bajo impacto ambiental y mejor densidad de ocupación de los terrenos urbanos.
La introducción tiene que ver con los recientes anuncios efectuados por la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza de levantar más de diez edificios, que ya están aprobados, en los límites de su jurisdicción. Las características del operativo fueron difundidas hace unos días a través de este diario. Se trata de la ejecución de 130.000 metros cuadrados de obras privadas en ejecución. “Es una ciudad que todavía tiene mucha capacidad de seguir densificando”, afirmaron desde el municipio. La Ciudad de Mendoza busca posicionarse como un epicentro de progreso y crecimiento constante y por eso más de diez “gigantes” de concreto han sido aprobados para ser levantados en el corto plazo y otros ya están en construcción. Se trata de imponentes y modernos edificios en manos de desarrolladores privados, con una inversión total estimada en más de 100 mil millones de pesos.
La Municipalidad se muestra entusiasmada con estos desarrollos, estimando que los emprendimientos se convertirán en pilares fundamentales del desarrollo urbano y económico de la capital. “Es una ciudad que tiene muchas cualidades que son valoradas en el mundo y con indicadores ambientales que son muy atractivos para la visita y la residencia”, se sostiene desde el municipio.
Es de esperar que la densificación poblacional, mediante la construcción en altura, vaya acompañada por una planificación amplia, que abarque lo educacional en cuanto a escuelas primarias y secundarias y el servicio de salud, estimando que son atribuciones elementales del Estado. Cabe preguntar si se ha considerado la incidencia de dichas construcciones en los servicios eléctricos, de gas y especialmente el de agua potable, debido a los escasez de este último recurso, evidenciada en las anteriores temporadas estivales. Asimismo, si se mantendrá el carácter de ciudad de oasis sombreada por su apreciada arboleda y reconocida por el particular riego por acequias.
Es muy posible que los aspectos señalados, se hayan tenido en cuenta por parte de la municipalidad capitalina, que está apostando a un crecimiento sostenible de una de las ciudades más importantes del oeste argentino.