La Argentina ha mantenido durante décadas una postura errática con respecto a sus relaciones internacionales, en algunos casos con una fuerte tendencia a la ideologización, especialmente durante los años de gestiones kirchneristas. Por ello resulta auspicioso que la persona que estará a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores del próximo gobierno, Diana Mondino, haya dicho en una reciente entrevista periodística que la intención del presidente Milei será la de seguir manteniendo un relacionamiento normal con todos los países del mundo.
La aclaración de la futura funcionaria también es importante porque durante la campaña electoral fueron, justamente, el ahora presidente electo y algunos de sus referentes cercanos quienes efectuaron apreciaciones muy polémicas con respecto a la ideología y alineamiento de distintas personalidades de la política internacional, poniendo en duda en algunos casos la continuidad del vínculo a nivel diplomático.
Es evidente, por lo tanto, que en ese marco se encuadró la reciente visita de la señora Mondino a Brasil, república democrática con la que el vínculo comercial es tradicionalmente fuerte y vital para las aspiraciones argentinas. Milei había sido crítico con el actual presidente Lula Da Silva.
Y fue también destacable el intercambio protocolar de Javier Milei con el líder chino Xi Jinping, luego de la elección, como la recepción al embajador de ese país. Si bien China representa un régimen autoritario (socialismo con partido único), se caracteriza por estar abierto a una economía de mercado que lo convirtió en destino comercial importantísimo para muchos países del mundo, entre los cuales está la Argentina. Pero el presidente electo había sido muy crítico con el régimen de Pekín y anticipaba un virtual enfriamiento de relaciones.
La próxima canciller puntualizó al respecto la intención de que Brasil y China continúen siendo los principales socios comerciales, “porque es donde están establecidos los lazos de confianza. Jamás hemos pensado en modificar este tipo de relaciones”.
La diplomacia argentina siempre se caracterizó por su seriedad en base a las cualidades profesionales de sus integrantes. Méritos del Servicio Exterior de la Nación como institución de selección y formación de los aspirantes a la carrera diplomática. Por ende, es de gran trascendencia que con el nuevo periodo institucional esas virtudes sean consideradas.
Si se respetan los preceptos enunciados por la próxima jefa de la diplomacia argentina probablemente tomen trascendencia muchos hombres y mujeres con cualidades para trascender. Las nuevas autoridades contarán, con total seguridad, con un amplio y calificado elenco de diplomáticos de carrera para la cobertura de embajadas y consulados, garantizando una labor eficaz y totalmente alejada de cualquier sintonía política.
La profesionalidad de los integrantes del Servicio Exterior de la Argentina es una virtud que debe ser puesta en valor definitivamente, para que los malos hábitos queden a un lado. En ese sentido hay un pésimo ejemplo reciente, como el del embajador de nuestro país en Venezuela, Oscar Laborde, que públicamente adhirió a expresiones descalificadoras hacia Javier Milei por parte del mandamás de ese país, Nicolás Maduro.
Erradicar del campo diplomático semejantes barbaridades no constituirá una persecución política, sino una necesaria depuración que permita que las relaciones exteriores argentinas sean ejercidas por personas cabalmente preparadas para la prudencia que impone tan importante función.