Dos departamentos importantes del Gran Mendoza, nada menos que la Capital y Godoy Cruz, ya han dispuesto en sus jurisdicciones la recolección diferenciada de los residuos domiciliarios.
Es un paso prometedor en la permanente lucha para cuidar el ambiente y la higiene de nuestras ciudades.
Es un cambio cultural que contribuirá a generar conglomerados urbanos más limpios y reducir el impacto que produce la basura en los lugares donde vive la gente.
El primer paso lo dio Godoy Cruz donde los vecinos sacan los residuos secos y limpios que puedan ser reciclables. Entre ellos, se encuentran: papel, cartón, aluminio, PET, plásticos, vidrios. De esta manera, se busca fomentar la educación ambiental para que los vecinos realicen separación de desperdicios en origen.
En la jurisdicción godoicruceña se actuó con el asesoramiento del calificado Instituto Multidisciplinario de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), mediante el Programa Residuos.
Por otro lado y en las restantes jornadas, el usuario deja al paso del recolector municipal los desperdicios orgánicos que se generan en los hogares y que, en general, tienen por destino el relleno sanitario de El Borbollón (Las Heras).
Además, junto a esta nueva modalidad de recolección diferenciada, se dispone de 30 puntos Verdes para obtener, en total, 130 en espacios públicos para ser una alternativa al nuevo sistema.
A todas luces entonces un adelanto en materia del tratamiento de la basura domiciliaria en origen.
El segundo distrito en sumarse a esta ventajosa operatoria ha sido la Ciudad de Mendoza, donde los técnicos municipales determinaron que 14% de los gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático que se genera en la principal urbe mendocina, son derivados de los residuos.
En el municipio que encabeza Ulpiano Suárez se ha destinado los días jueves al retiro de papel, cartón, revistas, plásticos, envases tetrabrik, vidrio y metal. Ese material se entrega posteriormente a la Cooperativa de Recuperadores de Mendoza (Coreme), que realiza un proceso de reducción, reutilización y reciclaje de los materiales.
El papel de los recuperadores urbanos, en el proceso de recuperación de materiales, es clave para entender la nueva lógica de los dos municipios, ya que significa que decenas de familias, que históricamente trabajaban con los residuos secos reciclables, se incorporarán a otra operatoria y recibirán los materiales en condiciones más dignas para ser separados y acopiados. Es hora, entonces, de abandonar las denigrantes prácticas del cirujeo (basurales a cielo abierto), y mucho más en tiempos de pandemia como los que corren.
Lo que se espera ahora es que el resto de los departamentos del Gran Mendoza (Área Metropolitana) se sumen a esta forma de resolver el grave problema de la basura. Como alguna vez deberemos encarar y concretar el proyecto para la Gestión Integral de Residuos Sólidos (Girsu).