Concluyó en Suecia la Semana Mundial del Agua, un foro clave para explorar las soluciones a las millones de personas, especialmente de América Latina donde el valioso recurso no se recibe en forma plena y continua.
El foro fue organizado como ocurre año a año por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI, por las siglas en inglés) y también contó con la coordinación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La importancia del tema motivó que asistieran más de 3.000 participantes de casi 130 países que acudieron a la capital nórdica en busca de nuevas maneras de afrontar los crecientes desafíos del agua y su desarrollo en el mundo.
El SIWI es un instituto del agua, que trabaja para mejorar la forma en que los recursos de agua dulce se rigen. Combinando sus áreas de especialización con su singular poder de convocatoria, el organismo influye en los tomadores de decisiones, facilita el diálogo y construye conocimiento en temas de agua, contribuyendo así a un futuro justo, próspero y sostenible para todos.
La economista argentina y experta en políticas hídricas, María Julia Bocco, puso en contexto el valor del agua en América Latina. Señaló que nuestra región es rica en recursos hídricos al contener 30% de las reservas de agua dulce del mundo, pero tener apenas 10% de la población.
Sin embargo, una parte muy grande de ese número de personas no tiene acceso a servicios de agua potable y saneamiento: más de 140 millones de personas en la región no acceden a un servicio de agua potable continuo, y más de 400 millones de seres no disponen, debido a la falta de tratamiento de los líquidos residuales, de acceso a un saneamiento adecuado.
“Esto acarrea –dice la especialista Bocco- implicancias muy poderosas en el desarrollo de las personas por los efectos negativos que tienen en salud, educación, género, creación de empleo y por lo tanto, en el desarrollo económico de las regiones y los países, y por supuesto en la sostenibilidad de los ecosistemas, que son la fuente de desarrollo y de vida de las generaciones actuales y por venir”.
Otro factor analizado es que las sequías, a causa del cambio climático, se han generalizado en distintas partes del mundo, y en Latinoamérica, que es el área que nos interesa.
Esas sequías triplicaron los cortes o falta de continuidad de los servicios de agua potable para la población, con todos los impactos que esa situación tiene.
Comentaba la analista citada que la paradoja es que dada la gran disponibilidad de recursos hídricos de la región, estos desajustes en la prestación de los servicios no tendrían que darse, en razón de que hoy existentes herramientas, innovaciones tecnológicas y recursos de planificación, que deberían ser implementadas por los operadores y las agencias reguladoras de modo de prevenir este tipo de situaciones negativas u otras complicaciones, causadas como se expresa por el cambio climático.
Los encuentros como el realizado en Estocolmo, plantean los problemas actuales y los desafíos para superarlos. Esperamos que los expertos en agua que concurrieron por nuestro país hayan podido recoger enseñanzas que se traduzcan en remediar los cíclicos problemas de la escasez del recurso, especialmente en una provincia como Mendoza que depende del agua para su desarrollo y crecimiento económico, y para plasmar una determinada calidad de vida entre sus habitantes.
No debemos olvidar que en el territorio que habitamos hay todavía más de 200 barrios populares donde el agua de bebida en condiciones y el sistema cloacal, son metas por ahora inalcanzables.