Los Andes anunció la posibilidad de renovar y poner en valor las instalaciones de una de las tantas obras públicas que realizó en la ciudad de Mendoza el gran arquitecto Daniel Ramos Correas, chileno de origen, pero mendocino por adopción.
Nos referimos al Pequeño Teatro al Aire Libre, conocido como Pulgarcito, emplazado en pleno corazón del Parque General San Martín, en avenida de los Plátanos, entre las calles Gerónimo Sosa y Carlos Thays, con capacidad para 1.000 personas. En el Registro de Bienes Patrimoniales de Mendoza figura que su nivel de deterioro es alto. Debe agregarse aquí, al pasar, que la denominación de Pulgarcito no era del agrado del proyectista trasandino-argentino, como lo dejó plasmado en una carta de lector publicada por este diario en 1987).
Se trata de un emplazamiento que bien pueden ser considerado como el hermano menor del teatro griego Frank Romero Day, sede indiscutida de nuestra Fiesta Nacional de la Vendimia, pero con poco uso en el resto del año.
Ambos emprendimientos son parte, además, del plan de trabajos que Ramos Correa ideó para el Parque, que incluyó la remodelación del Cerro de la Gloria, el nuevo zoológico y las mejoras del Parque San Martín.
El pequeño teatro se ha utilizado durante años para presentar obras infantiles con destino a las plateas menudas, con marcado éxito como dan testimonio los numerosos ciclos organizados por artistas de teatro para toda la familia y títeres, en unión con la Asociación Argentina de Actores.
Este conjunto arquitectónico, data de los comienzos de la década del cuarenta del siglo pasado (más precisamente del 25 de mayo de 1941) y el paso del tiempo ha dejado huellas de abandono y deterioro en sus instalaciones, que de no mediar una intervención irán agravándose con el transcurrir del calendario.
No obstante que el transcurso de los años le dejó visibles marcas, el escenario sigue siendo lugar de expresiones artísticas, mientras espera recuperar el valor que supo tener. El mismo creador del teatro sostenía “que no se utilizará simplemente en funciones infantiles, sino que permitirá realizar todo género de exhibiciones y hasta conferencias públicas”
“Pequeño teatro al aire libre” fue, en realidad, el nombre original de este espacio inmerso en lo profundo del parque de todos los mendocinos.
En diversos ámbitos se espera entonces que el sitio y sus componentes sean restaurados para que siga prestando mucho tiempo más un servicio cultural y social. “Tiene un valor significativo en la medida en que forma parte del conjunto patrimonial que representa el parque General San Martín”, definió el director de Patrimonio de la Provincia, Horacio Chiavazza.
Aunque aún no hay un programa de trabajos definido, se espera que por su condición de Parque Histórico sea tratado en esa condición por los buenos patrimonialistas que trabajan en Mendoza, y se ponga en marcha un plan de acción que respete las especiales características del bien. ay Video
Sin conocer los detalles de lo que se hará en el Pulgarcito, ya que todavía no recibe la solicitud de evaluación patrimonial, el director Chiavazza opina que “las intervenciones tienen que atender una doble dimensión: del valor patrimonial y de hacerse eco de los requerimientos actuales que tiene a partir del uso que demanda la población”.