La Asamblea General de las Naciones Unidas, desde 1994, proclamó el 16 de septiembre como el Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono.
Son problemas muy acuciantes que no pueden desconocerse y que al final afectan a todos los integrantes de la comunidad.
La capa de ozono es un escudo de gas que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta provenientes del Sol, los mismos que son nocivos para las diversas formas de vida en el planeta.
En la década de los 80, los científicos determinaron que los clorofluorocarbonos –CFCs, sustancias empleadas en la industria de la refrigeración y propelentes (aerosoles)-, estaban afectando la capa de ozono.
Para detener esta agresión a la capa que envuelve la Tierra, los investigadores recomendaron medidas para contrarrestar este efecto.
Fue así que en 1987 se firmó el “Protocolo de Montreal”, el cual comprometió a varios estados a controlar la producción y el consumo de sustancias que destruyen el ozono, y de esta manera iniciar acciones para una eliminación gradual de los CFCs, sustituyéndolos por alternativas no dañinas para la capa de ozono.
Los CFC son sustancias químicas que contienen cloro, flúor y carbono, altamente contaminantes. Se utilizan como refrigerantes, propelentes de aerosoles, aislantes térmicos y en la fabricación de espumas; estos productos constituyen una de las principales causas del deterioro de la capa de ozono.
El National Geographic Society (Sociedad Geográfica Nacional) la institución determinó que aproximadamente 90% de los CFC’s, fueron emitidos por países industrializados en el Hemisferio Norte, incluyendo a Estados Unidos y Europa.
El ozono es un gas que forma parte de la atmósfera en forma natural; es una sustancia cuya molécula está compuesta por tres átomos de oxígeno, formada al disociarse los dos átomos que componen el gas oxígeno. Cada átomo de oxígeno liberado se une a otra molécula de oxígeno gaseoso (O2), formando moléculas de ozono (O3).
Por eso en la medida de lo posible, comprar artefactos para el hogar y focos ahorradores. Evitar adquirir aerosoles (sprays) que estén compuestos por CFC’s. Realizar mantenimiento constante del aire acondicionado de la casa y vehículo (en caso de utilizarlo) y disminuir el uso de productos de limpieza, pinturas y barnices que contengan disolventes.
La conmemoración de esta jornada, brinda la oportunidad para renovar las acciones en relación con la protección de la capa de ozono.
El ozono es un gas que forma parte de la atmósfera en forma natural; es una sustancia cuya molécula está compuesta por tres átomos de oxígeno, formada al disociarse los dos átomos que componen el gas oxígeno. Cada átomo de oxígeno liberado se une a otra molécula de oxígeno gaseoso (O2), formando moléculas de ozono (O3).
Según el experto Manuel Cupeiro (Estación de Vigilancia Atmosférico Global, en Ushuaia), el ozono que se encuentra en la estratósfera es importante, porque su función es absorber parte de la radiación ultravioleta del sol que es biológicamente dañina para la vida y por ello la importancia de la conservación del ozono estratosférico.
Desde el 1º de julio de 1999, en el marco del Protocolo, los países en desarrollo iniciaron la eliminación gradual obligatoria del consumo y producción de clorofluorocarbonos (CFCs) y a partir del 1º de enero de 2002, y se detuvo, en gran medida, el consumo de halones (hidrocarburos halogenados que tienen la capacidad de extinguir el fuego).
La protección de la capa de ozono ha constituido una meta durante los últimos treinta años, y se espera que ésta se recupere alrededor de 2050 al alcanzar los niveles anteriores a 1980, gracias a la aplicación del programa de reducción establecido por el Protocolo de Montreal.