Si hay algo que la gran mayoría de las personas compartimos, no importa la edad, es haber padecido en algún momento de nuestras vidas esa enfermedad indeseable: el acné.
“Es una enfermedad de las glándulas sebáceas que, si bien es típica en los adolescentes, hay variedades que aparecen a otras edades como el acné de la mujer adulta. Suele aparecer después de los 30 años, se localiza principalmente en la región inferior del rostro y responde a causas hormonales. Incluso puede darse en el recién nacido, es transitorio y normal", dice la doctora Fernanda Flores (matrícula 9510), especialista en dermatología.
Con el correr de los años se consolidó como una de las principales causas de consulta en los centros de salud especializados, ya que la repercusión social que tiene sobre el paciente es muy importante, sobre todo si es adolescente.
¿Por qué se produce?
La doctora afirma que el acné responde a causas muy específicas, pero hay factores agravantes: la falta de higiene, el uso de cosméticos o bases demasiado pesadas o que no son específicas para pieles grasas, la ingesta de ciertos alimentos (sobre todo aquellos ricos en Vitamina B, como cereales, levaduras, cerveza y frutos secos) y corticoides.
“Todo esto estimula la producción de sebo por parte de la glándula sebácea, haciendo posible la aparición de acné”, dice la profesional, y afirma que la principal causa es la “oclusión del poro”, ya que a partir de allí se desarrolla una cascada de eventos que terminan en la formación del llamado “grano”.
“Por esta razón desaconsejo el uso de bases de maquillaje o cremas humectantes o nutritivas en pacientes con acné, ya que este tipo de cosméticos favorecen la oclusión. Para ellos recomiendo aquellos productos que contienen ácido salicílico y, en cuanto a la humectación, elegir las emulsiones o lociones”, sugiere.
Pero hay tratamiento...
Una vez que se desarrolló, es fundamental consultar al dermatólogo. Los procedimientos que existen para tratar la afección hoy son muy variados y se adaptan al clima y actividades del paciente.
“Para batallar el acné existen numerosos procesos, desde formas tópicas hasta tratamientos orales muy efectivos. Todos ellos son lentos: la segunda visita no es antes de los 40 días de iniciado el mismo. Hay que tener claro que no existen los tratamientos mágicos en los que entran por una puerta con acné y salen por otra sin él”, afirma Flores.
Las secuelas también tienen su tratamiento: peelings, abrasiones, succiones y láseres son los aconsejados para tratar manchas y cicatrices. “Lo ideal es hacerlos en época invernal y combinarlos para obtener mejores resultados”, completa.
Consejos
Consultar a tiempo para evitar el desarrollo de cicatrices, que muchas veces son de por vida.
Mantener una estricta limpieza. Tres veces por día es suficiente, con jabones o espumas formulados para pieles acneicas.
Exfoliaciones 3 veces por semana con geles con microgránulos.
Evitar el consumo de alimentos ricos en vitamina B.
Preferir el uso de cosméticos no comedogénicos y livianos, aptos para pieles grasas.
Una vez que el acné está instalado, evitar el uso de productos caseros (limón, bicarbonato, vinagre y más). Estos solo irritan la piel y dejan manchas sin solucionar el acné.
No tocar las lesiones. Pueden infectarse y generar un cuadro más grave y dejar cicatrices.