El Barça goleó al recién ascendido Huesca y sigue contando sus partidos por victorias en el campeonato español, situándose junto al Real solos en lo más alto de la tabla.
Gran partido de los culés ante el buen equipo aragonés, que compitió con orgullo hasta la segunda parte. Con Luisito Suárez estrenándose en Liga con un doblete, Jordi Alba extra motivado y Messi en modo capitán maravilla los azulgranas arroyaron al Huesca, un debutante en la categoría que seguro que dará mucho que hablar.
La Sociedad Deportiva Huesca venía a jugar al Camp Nou por primera vez en sus casi sesenta años de historia, y lo hacía de la mano de uno de los entrenadores argentinos de la Liga, el ex arquero internacional Leo Franco. Saltó al verde consciente que esa no era su guerra, con tranquilidad del que se toma estos partidos contra los grandes como un premio a la gran temporada pasada, que los aupó a primera división. Esa misma tranquilidad dibujaba un planteamiento visitante muy atrevido, fruto del arrojo del que no tiene nada que perder.
El Barça salió con todo, decidido a secuestrar la pelota como siempre. Inmensa fue la sorpresa cuando a los dos minutos, y tras una gran jugada colectiva, el colombiano Cucho ponía el 0 a 1. El Huesca empezaba demostrando por qué no había perdido ningún partido hasta la fecha. Defendían en con muchos y atacaban con muchos, lo que evidenciaba el gran desgaste físico.
El Barça no conseguía hacerse con la pelota ni crear ocasiones claras en el arranque. Pero cuando pasa eso, siempre aparece él. Siempre el mismo, siempre espectacular. Siempre Messi. En décimas de segundo agarró una pelota fuera del área y recortó hacia adentro engañando a cuatro jugadores a la vez para acabar ajustando al palo con un derechazo. El guardameta del Huesca, ex de boca Axel Werner, no pudo más que verla pasar. Uno a uno y ahí sí el Barcelona empezó a parecerse a sí mismo, tocando y tocando mientras el rival se va encerrando cada vez más. El recurso que le quedaba a los de Leo Franco era la contra, y lo cierto es que siempre salieron con peligro con sus buenos centrocampistas Melero, Gallar y el santafesino Diego Musto.
Tal era la presión y el monólogo del Barça a esas alturas que en una de las internadas de Jordi Alba por la izquierda el Huesca se metió el segundo en propia puerta. Tanto desgaste e intensidad no podían durar demasiado.
Desde ese momento el campeón fue el dueño de la pelota y las ocasiones empezaron a multiplicarse. Dembelé estaba muy activo, Coutinho y Rakitic bailaban y Suárez seguía desesperado por estrenarse esta temporada. La seguridad defensiva de los locales y el control ubicuo de la medular eran más que suficientes. Al Huesca la pelota no le duraba nada y salvo alguna contra aislada los oscenses empezaron por momentos a perseguir sombras, perdidos en un estadio que hoy por hoy sigue pareciéndoles de una categoría superior.
Y en ese dominio llegó el tercero del Barça y el debut goleador del nueve uruguayo, que con la precisión del matador remató a la red otra incursión de Alba. Después de unos instantes de incertidumbre, el VAR confirmó la posición correcta del lateral y el gol subió al marcador.
Y así, cuando parecía que el partido estaba finiquitado y que la goleada del Barça sería clara, cayó una pelota en el área local y el catalán Alex Gallar la cazó al vuelo un centro de Moi Gómez para recortar distancias. 3 a 2 y los dos conjuntos se fueron al vestuario aplaudidos por un graderío satisfecho ante tal espectáculo.
El partido estaba totalmente abierto y los visitantes ya se habían ganado el respeto local cuando Messi mandó una pelota al travesaño nada más arrancar el segundo acto. Si el Barcelona había subestimado al Huesca salió decidido a no cometer ese mismo error dos veces vez. En la siguiente jugada Dembelé recogió un pase al hueco de Luisito y cruzó con la zurda para meter el cuarto. El Barça se lo tomaba en serio y ante eso muy pocos sobreviven en el Camp Nou.
En otra jugada coral, Leo se inventó un pase de fantasía para dejársela a media altura a Rakitic, que le pegó francamente bien para adentro. Golazo, y hasta ahí compitió el Huesca. Otra vez el Barça hacía lo que quería y si no llega a ser por Werner la goleada hubiese sido realmente escandalosa.
Entre tantísimas ocasiones Coutinho le dio una gran asistencia a Messi, que corrió veinte metros para volver a batir al arquero y sumar la media docena que posiblemente castigaba en exceso a los visitantes. En estos uno contra uno Leo no perdona.
Valverde aprovechó entonces para darle los primeros minutos en Liga a Lenglet, Arturo Vidal y Arhur. Con menos que perder que nunca y media hora por delante, el Huesca dio un paso adelante. El partido estaba roto para bien del espectador, que pudo disfrutar de un partido verdaderamente entretenido hasta el final, con buen juego y ocasiones en ambas áreas. En el minuto 80 Jordi Alba redondeó su gran actuación metiendo el séptimo tras otra genial asistencia del 10.
Antes del final todavía hubo tiempo para que Luis Suárez transformaron un penal que le hicieron a él mismo. El Barça se despidió satisfecho y los de Leo Franco se resignados, pero con la cabeza alta tras una primera visita espectacular e histórica para el club. Conscientes que su campeonato es otro, y se juega por la permanencia.
