El Botellón nació a finales de 2017 y actualmente es un éxito. Reconocido como un bar ecosustentable, cuenta con tratamiento y uso de materiales residuales. Además, a meses de abrir sus nuevas franquicias en distintos puntos del país, busca reutilizar el agua de
lluvia, generar calor con cáscaras de maní y disminuir el consumo energético.
"Todo comenzó como un proyecto de recarga de cerveza artesanal, pero con el tiempo, ese negocio mutó a la idea de bar porque esa
onda se venía a pique. Entonces empezamos a desarrollar un bar sustentable", expresó Emanuel Facello, socio del negocio.
En este sentido, la tarea no fue sencilla, ya que Matías Bismach, fundador de El Botellón, provenía del área de la ingeniería en petróleo, profesión bastante alejada de lo gastronómico. Desde los inicios del bar, la idea de sustentabilidad estaba presente, y poco a poco fue conociendo el mundo de las empresas B y los pasos para certificarse como tal.
“Trabajé en el sector petrolero y en el Conicet todo lo ligado a la gestión de residuos y energía eléctrica a partir de ellos. Ahí empezamos a instalar recipientes para el reciclaje, pero la primera dificultad fue involucrar a los clientes y al personal del bar”, comentó Matías.
De esta manera, surgió la necesidad de contratar a una persona que comenzara a sensibilizar sobre la problemática y se encargara de la gestión sustentable. Al mismo tiempo, otra causa que deseaban vincular era la de inclusión social; por ello, se dirigieron a la Dirección de Discapacidad en busca de un nuevo integrante.
"Estas problemáticas me movilizan mucho, por eso tenemos más del 10 % de nuestros empleados con discapacidad, y la idea es generar algunos puestos más. También quiero que los clientes se sientan cuidados e incluidos desde cualquiera de nuestras propuestas", especificó Matías Bismach.
Acciones para el cambio social
Situado a pasos de Plaza Independencia, el bar cuenta con proyectos de accesibilidad cultural (programas de radio, música en vivo, exposiciones de arte) y experiencias sensoriales (utilización de lengua de señas y braile). De la misma manera, poseen un “sistema de emancipación”, que consiste en ser garantes de créditos bancarios para la realización de emprendimientos propuestos por el personal del lugar.
De la mano de estas políticas, la ecología es su principal especialidad. Durante 2018 generaron: 700 kilos de cartón, 500 kilos de vidrio y de cáscara de maní, y 200 kilos de plástico. Todos los materiales son recibidos por recuperadores urbanos gracias a la recolección diferenciada.
A pocos meses de abrir sus nuevas franquicias en Córdoba y La Plata, siguen innovando con sus propuestas, como la construcción de piletas en el techo para reutilizar el agua de lluvia y la medición mensual del consumo energético.
“El público está demandando empresas más responsables, conscientes, que tengan gestión medioambiental, desarrollo cultural y que no dejen de lado la calidad del producto ni la inclusión. Eso intentamos hacer acá”, concluyeron Matías y Emanuel.