El perro debe ir a la peluquería. Cherry tiene casi 12 años, pelaje marrón y es un caniche toy. Su dueña, Erika Bonetti, le pasa un peine por el pelaje todos los días. “Cherry necesita un lavado sobre todo cuando llueve o hay mucho polvo y regresamos de un paseo”, dice la mujer de 44 años.
En comparación con otras razas de perros, el cuidado del pelaje del caniche lleva mucho trabajo y se lo debe cortar cada seis a ocho semanas. Si crece mucho, se enreda y se forman nudos. Y cuanto más tiempo se tarda en cortarlo, más difícil se vuelve luego el procedimiento.
El pelaje de los caniches puede ser marrón, negro, blanco, gris, rojizo o anaranjado. A veces tiene un patrón blanco y negro, como un arlequín.
Dependiendo del tamaño del perro, la visita al peluquero puede llevar varias horas. Por eso con los caniches más grandes conviene ir haciendo pausas, que le hacen bien tanto al peluquero como al perro.
En principio, no hay límites a la hora de darle forma al pelaje. En general, se lo corta de distintas formas llamadas “clip”. Entre los cortes preferidos se encuentran el “modern clip” y el “scandinavian T clip”. También se pide mucho el “Miami clip”: el pelo del cuerpo queda corto, mientras que sobre la cabeza se corta de modo que quede como una cofia. Las patas se rematan con esferas de pelos o “pompones”.
El caniche es un perro adaptable que puede llegar a bastante viejo, unos 12 a 15 años. Hay caniches grandes, medianos, enanos y más chicos aún, los toy. Se cree que la raza tiene unos 120 años de antigüedad.
Su origen se remonta a los perros de agua españoles y el perro de agua francés Barbet. Inicialmente, su tarea consistía en sacar del agua los patos muertos durante una cacería. Por eso siempre se lo esquiló. En general, se le dejaba pelo en el pecho para mantener abrigados corazón y pulmones y se le esquilaban las patas y el trasero para que tuviera más movilidad en el agua.
Además del cuidado del pelaje, en los caniches también es muy importante la educación. Se trata de perros inteligentes, curiosos y activos, pero hay que establecer reglas claras. De lo contrario, pueden convertirse en pequeños tiranos.
Si se los logra controlar, son compañeros muy fieles. Cherry, por ejemplo, es muy cariñosa y si fuera por ella, acompañaría a su dueña a todas partes. Ella asegura que la perra toma nota de todo, incluso de los caminos por los que pasean y lo que vivieron en ellos. Si la perra tuvo una mala experiencia con adultos, niños u otros perros en uno de los senderos, al volver a pasar por allí se muestra taciturna. Si tiene buenos recuerdos asociados a ese camino, va por ellos correteando y ladrando.
Los dueños de caniches suelen decir que son como niños: quieren estar siempre en el centro de atención y no les gusta quedarse solos.
Tamaños de caniche:
Caniche toy: Hasta 28 centímetros de alto, 3 kilos de peso.
Caniche enano: Entre 28 y 35 centímetros, 4 kilos.
Caniche pequeño: Entre 35 y 45 cm, 16 kilos.
Caniche grande: Entre 45 y 62 centímetros, 28 kilos.
Cruzas con caniches:
Algunas cruzas se pusieron de moda. Sus nombres suelen formarse con la palabra inglesa para caniche, "poodle":
Cockapoo o spoodle (caniche con cocker spaniel)
Goldendoodle (caniche con golden retriever)
Labradoodle (caniche con labrador)
Woodle (caniche con wheaten terrier)