“Había que ganar y ganamos”. El eco no deja lugar a dudas. Cada uno de los protagonistas repitieron la frase. San Martín inició la segunda ronda del certamen con un triunfo ajustado, durísimo, donde no le sobró nada y acortó distancias con los de arriba, Huracán SR y Montecaseros, quienes apenas empataron en sus respectivos encuentros.
Ayer, frente a un Palmira que merece más de lo que hoy muestra la tabla de posiciones (está último), el Albirrojo sumó tres puntos de oro porque supo aprovechar una de las pocas chances que generó en la primera etapa.
El Jarillero fue puro corazón durante el complemento. Con pocas ideas pero con mucho coraje para ir a buscar el empate, los dirigidos por el Loro Ortiz tuvieron varias ocasiones para celebrar. Entre las manos de Videla (enorme tapada a un remate quemarropa de Ferro) y la poca precisión en la definición de sus delanteros, el costo fue demasiado elevado.
“Vinieron a hacer tiempo”, explotó el DT local apenas finalizado el duelo. Del otro lado, la alegría por el segundo triunfo consecutivo en el torneo no tapaba el mal juego del equipo. “Hoy importa ganar”, dijeron.
Fue un nuevo clásico departamental de dientes apretados, con varios encontronazos entre los dos equipos y con un mal arbitraje de Sebastián Márquez.