El Cruzado, dueño del departamento

Maipú derrotó 3 a 2 a Gutiérrez en el clásico y se metió en la semifinal del Torneo Vendimia. El miércoles enfrentará a Godoy Cruz.

El Cruzado, dueño del departamento

Los rostros de felicidad en el simpatizante del Cruzado lo dicen todo. Y no es para menos. Después de una temporada 2015 en la que no había podido festejar ante el eterno rival en el Federal A (sí le arruinó el torneo Apertura de la Liga Mendocina), Deportivo Maipú volvió a quedarse con la gloria eterna en el clásico frente a Gutiérrez.

Y, lo que es mejor, lo hizo en un Torneo Vendimia que no se jugaba bajo este formato desde 1981.

De esta manera, el equipo de Sergio Scivoletto enfrentará a Godoy Cruz el próximo miércoles (a las 21.30) en una de las semifinales del certamen. 
Intenso hasta el final, cambiante, de ida y vuelta y con errores en ambas áreas, el partido no pareció de pretemporada.

Maipú comenzó mejor y se puso en ventaja a los siete minutos del primer tiempo con un zapatazo cruzado del interminable Víctor “Pipí” Benítez que hizo estéril la volada de José Martínez Gullotta.

Paulatinamente, el Perro fue creciendo. El equipo del Cachorro Abaurre exhibió parte de aquel funcionamiento que lo llevó a salvar la categoría en la temporada pasada. Tanto fue así que después de un centro de Maximiliano Montiveros y una salida en falso de Gómez, Nicolás Dávila apareció por el segundo palo para conectar de cabeza y poner el empate.

Gutiérrez estaba mejor que su rival y lo justificaba con su juego por las bandas. Pero el Cruzado retuvo a Jofré y sumó jerarquía en este libro de pases. La Joya sacó un derechazo fortísimo, Martínez Gullotta dio rebote y Genaro Vuanello facturó el segundo.

En el complemento, Gutiérrez salió decidido a conseguir el empate. El pibe Nicolás Navarrete sorprendió con su velocidad y potencia y comenzó a complicar al elenco rojinegro. Entonces, no extrañó que luego de una serie de rebotes en el área el propio Navarrete estableciera el empate con una definición sutil.

Sobre la media hora, Nicolás Gatto tuvo el tercero en su botín derecho, pero su definición exquisita por sobre la humanidad de Gullotta terminó besando el travesaño. Gutiérrez no se quedaba atrás.

Ambos querían la victoria. Hasta que faltando cuatro minutos para el final, Moreno envió un centro desde la izquierda y el otro Benítez, Marcos, metió la testa para desatar el delirio de todo el pueblo Cruzado. Sí, porque Maipú es el dueño del departamento.

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