El deseo de comenzar un sueño laboral en áreas conocidas, o no tanto, es algo que se está incrementando cada vez más. Una situación que lejos de vincularse en primera instancia con la necesidad de trabajo, nace antes que nada como una pasión y desafío nuevos.
Pero como con las ganas solas no alcanza, deviene la necesidad de saber de qué manera pasar del plano de las ideas a la acción. Para ello se cuenta con diversas instituciones que proponen una capacitación de base.
Según argumenta la psicóloga laboral Viviana Imperiale, las instituciones estatales y públicas tienen cursos y formación destinados a quienes quieren iniciar su propio proyecto.
- ¿Qué pasos tiene que seguir un emprendedor?
- La persona que de alguna manera inicia este camino tiene primero que contar con la asesoría adecuada y con el acompañamiento que hoy proveen las diferentes instituciones.
Esto resulta más que necesario para ver antes que nada la viabilidad del proyecto, algo fundamental desde lo organizacional, la implementación, los riesgos que se quieran correr -o no- con respecto a desarrollar y avanzar en un camino que se ha seleccionado.
Se puede desear hacer nuevos proyectos, o iniciar algo en ámbitos que ya se conocen; cambiando aspectos para plasmar el sello propio, con ideas y argumentos de cómo debe realizarse la tarea emprendida.
- ¿Si se emprende algo que no es del rubro conocido, ¿qué aspectos no pueden dejarse de lado?
- Primero hay que asesorarse con expertos en el tema en el que se basa el proyecto. En este sentido hay opciones en la Universidad Nacional de Cuyo, en la Universidad del Aconcagua, y en diversos municipios que también cuentan con capacitaciones para que los emprendedores puedan elegir sus propios negocios.
- ¿Cualquiera puede ser emprendedor?
- No. En realidad hay un perfil y características que lo distinguen respecto de otras personas. Entre las características que lo definen está el gusto por empezar cosas nuevas, la capacidad de tomar riesgos.
Son personas que asumen ese desafío aún con temor, porque tienen esa disposición. Además tienen la posibilidad de ser organizados y de poder planificar y llevar a cabo esas planificaciones o de tener creatividad en los aspectos que emprenden.
Tienen también mucha tolerancia a la frustración porque se levantan y se redirigen una y otra vez hacia aquello que han decidido realizar. Poseen mucha autoconfianza, son líderes y responsables, ya que le dedican a su proyecto mucho más de lo que le dedicarían a un trabajo en relación de dependencia.
Uno de los aspectos más importantes es que disfrutan mucho de lo que hacen, porque no lo toman como un trabajo sino como algo que les apasiona. Consideran que tienen la posibilidad del manejo de diversas situaciones que puedan darse, ya que las causas no están afuera sino dentro de cada uno. Por eso cuenta con la posibilidad de maniobrar en las situaciones a las que deba enfrentar.
El perfil del emprendedor también lo supone como una persona que va detrás de lo que desea.
- ¿Qué les cuesta desde lo psicológico?
- Quizá que no saben negociar. Algo en lo que a veces se pueden capacitar para poder generar mejores estrategias y así poder vender sus propios proyectos.
- ¿Por qué les cuesta defender su producto si son tan proactivos?
- Porque saben el métier de lo que van a hacer (especialidad), pero no tienen la habilidades para venderlo. Otros por su lado saben mejor hacer los productos que dedicarse a la venta.
Este es un motivo por el que se forman, por ejemplo, las sociedades: cada uno tiene su fortaleza y desarrolla funciones que el otro no puede llevar adelante.
Otra de las debilidades es no saber delegar, por ello hay que ver en qué instancias de los proyectos se encuentran. En el inicio es complejo delegar porque la persona asume la mayor responsabilidad y querrá llevar adelante lo más que pueda. Ya en una segunda etapa, sí se puede llegar a delegar y a armar los equipos de trabajo.
- ¿Hay un perfil de edad?
- Quizá los más jóvenes tienen menos que arriesgar, pero los emprendedores son de todas las edades, ya que muchos se animan a patear el tablero y comenzar un nuevo recorrido.
En la época de las privatizaciones, cuando se tercerizaron servicios, muchos se animaron a ser emprendedores, haciendo lo que sabían hacer.
Hay muchos espacios que ayudan a que los emprendimientos se posibiliten.