Hace más de 60 años, todo el país y también nuestra provincia, se conmocionaron al producirse una gran epidemia de poliomielitis; enfermedad que afectaba a recién nacidos y niños hasta los 14 años, causándoles la muerte o la parálisis de algunos miembros del cuerpo.
Esta una enfermedad causada por un virus (polio), que afecta con mayor frecuencia a lactantes y niños pequeños. Se transmite principalmente por ingestión de sustancias contaminadas con el virus y por contacto directo con personas que puedan transmitir la enfermedad.
Desde hace varios años, nuestro país quedó libre de este flagelo.
La polio nos ataca
Desde mediados del siglo XX, en nuestro país comenzaron los casos de poliomielitis que se fueron agravando en los últimos meses de 1955.
Hacía muy poco que en Argentina se había producido el derrocamiento del gobierno de Juan Perón y la asunción de las autoridades de facto de la junta militar dirigida, primero por el general Eduardo Leonardi hasta noviembre de ese año, y luego por general Pedro Eugenio Aramburu.
Por aquel tiempo, se produjeron casi 6.500 casos; lo que implicó una tasa de 32,8 por 100.000 habitantes, 5.320 de los cuales fueron notificados en los seis primeros meses de 1956. La prensa denució a ambos gobiernos lo que estaba pasando, pero se ocultaba información al respecto: Argentina se convirtió en noticia, en los medios internacionales, a raíz de esta epidemia.
En pleno verano de ese año, se produjo un gran avance de esta enfermedad en todo el país, lo que produjo una respuesta inmediata por parte del gobierno a través de Salud Pública, para contrarestar este mal que estaba causando estragos en la población infantil.
También en Mendoza
Mendoza no quedó al margen del flagelo.
En marzo de 1956 aparecieron los primeros casos de parálisis infantil.
Como en toda epidemia, la situación se fue agravando progresivamente y el Ministerio de Salud de aquel entonces habilitó la sala 9 del Hospital Emilio Civit, para hacer converger allí los casos de niños afectados por la enfermedad.
Inmediatamente, tanto el gobierno nacional como el provincial, aplicaron importantes medidas sanitarias. Fueron higienizadas las acequias, se pintaron con cal los árboles y los cordones de calles, incluso toda la avenida San Martín. Otra de las medidas fue la clausura temporaria del Jardín Zoológico.
La situación sanitaria se agravó aún más y los médicos se sentían impotentes para controlar la extensión de los casos. Muchos niños murieron y otros tantos quedaron inválidos.
Sin Fiesta de la Vendimia
Las crisis de la “polio” fue tal que las autoridades provinciales decidieron suspender por primera vez en la historia la Fiesta Nacional de la Vendimia de ese año.
Se redujo a una celebración denominada Fiesta del Vino, que se realizó en los jardines del Centro Cívico a total beneficio de la campaña de la lucha antipoliomielítica. Se postergó también el comienzo de las clases, que se iniciaron unos meses después.
Se realizaron colectas populares para la compra de equipamientos y otros elementos. También se formaron centros de rehabilitación como IRPI, e institutos de vacunación como el recordado CIPPI. En el departamento de San Rafael se formó una institución similar denominada IRIS.
Un héroe llamado Notti
El médico pediatra Humberto Notti fue uno de los profesionales que se destacó en esta lucha, dedicándose a pleno al tratamiento que permitiera salvar a cientos de niños afectados.
Desde Estados Unidos se enviaron medicamentos y pulmotores, y de ese país llegó la flamante vacuna descubierta por Jonas Salk; que permitió controlar los brotes endémicos.
Gracias a las medidas sanitarias que tomó Mendoza, el flagelo cedió. Los ciudadanos respiraron aliviados y la vida volvió a la normalidad.