Un tema clave es luchar contra los pensamientos automáticos que nos surgen a nosotros mismos. Pero qué sucede con los ¿“pensamientos negativos de los demás”?
En nuestra vida cotidiana no podemos evitar encontrarnos con personas problemáticas, como jefes autoritarios y descalificadores, vecinos quejosos, compañeros de trabajo o estudio envidiosos, parientes que siempre nos echan la culpa de todo, hombres y mujeres arrogantes, irascibles o mentirosos…
Todas estas personas “tóxicas” nos producen malestar, pero algunas pueden arruinarnos la vida, destruir nuestros sueños o alejarnos de nuestras metas.
¿Cómo reconocer a la gente «tóxica»? ¿Cómo protegernos de ella y ponerle límites? En su libro “Gente tóxica”, Bernardo Stamateas responde a estas preguntas.
"La gente tóxica es la que te nivela para abajo -dijo Stamateas en una entrevista con Los Andes-, la que te mete miedo, culpa, que necesita que el otro esté mal para sentirse bien ellos. Por ejemplo, el triangulador y el tóxico de las redes sociales, que es el tipo de tóxico que abre la computadora y hace un desplazamiento de frustración, agrediendo a quien se le cruza en ese momento".