Nadie, en su sano juicio, podrá discutir los merecimientos de la victoria que consiguió el Atlético Palmira. Que los tres puntos puntos hayan quedado en terruño jarillero es una sentencia que no admite objeciones.
Palmira fue más que La Libertad, llevó adelante el gasto de la disputa y, aunque sin jugar bien, debió ganarlo mucho antes de la jugada que derivó en la barahúnda de un final sinceramente bochornoso.
Todo comenzó cuando el árbitro alvearense Carlos Lugea adicionó cuatro minutos a los 45 reglamentarios, tiempo al que segundos antes de cumplirse, el juez agregó un minuto más levantando su dedo índice.
Hasta ahí todo bien. Lo que no estaba en los planes de la gente de La Libertad era que, una vez cumplidos los correspondientes 50 minutos, el colegiado iba a dejar lugar para que cayera una bola más sobre el área del elenco rivadaviense.
Con todo el equipo, a excepción del arquero, en el área de un rival que a esa altura resistía como podía con dos hombres menos (fueron expulsados Stéfano Ponce y Fabricio Jil), Joselito Ortiz tomó la ejecución desde el círculo central, el balón cayó en el área chica albirroja, Leandro Baigorria alcanzó a bajarla (¿hombro o brazo?) e Iván Constantini madrugó al arquero con un cabezazo que fue a morir bajo el techo de piolas.
La instantánea flasheó en cuestión de segundos. Mientras el Jarillero explotaba de felicidad, todo La Libertad -incluso el banco de suplentes- se abalanzó contra el árbitro del partido. Después de varios minutos de alboroto, empujones, gritos y confusión (Lugea recibió un golpe artero de un colaborador visitante), los ánimos se calmaron, los equipos volvieron a sus lugares y, sin que la bola rodara, el hombre de negro finalizó el partido.
El Jarillero lo ganó con el último suspiro y algo más.
Juan Abba , DT de La Libertad: "En este torneo pasan cosas muy raras"
“Lo que me molesta es la mala intención. Porque si adiciona cuatro minutos y después agrega uno más, no había necesidad de hacer ejecutar el tiro libre que termina en el gol de Palmira cuando iban 50’ con cuarenta segundos. Reglamentariamente lo único que se puede ejecutar después del tiempo adicionado es el penal. Fue un robo, otro más. Y me parece una falta de respeto hacia un club humilde. Ya nos perjudicaron la fecha pasada en Rodeo cuando la terna sanrafaelina no sancionó un penal que vio todo el mundo. En esta categoría pasan cosas muy raras y así no dan ganas de seguir. El presidente del club (Gustavo Sánchez) me dijo que si esto sigue así, bajará el equipo del torneo”.