Allí estaban ellas como en los viejos tiempos, adornado los espacios como “mariposa multicolor”, celebrando el retorno esperado: las banderas del Cruzado y del Celeste en un mismo escenario.
Después de mucho tiempo dos hinchadas volvieron a convivir y el folclore futbolero se escuchó después de cientos de minutos de ausencia. Claro que los muchachos no pudieron con su genio, que suele ser mucho más fuerte que un festejo y se “cruzaron”.
Primero con la clásica chicana: “miralo eh!, miralo eh! somos locales otra vez”, cantó el Cruzado, que en número y en pirotecnia se escuchó más que el Celeste.
Que más aggiornado optó por la selfie y los flashes iluminaron la popular: “borón bombón, borón bombón, el que no salta es Caracol”, se acordaron de Gimnasia, que no quiso participar.
Hipnotizados por la pelota y el triunfo parcial todo parecía que iba a buen puerto. Pero no. A los 25’, Poblete era el primer amonestado del torneo y Martínez Gullotta, apedreado. Con el 2 a 1 parcial fue tanta la fiesta que no se reconocieron entre ellos, se “cruzaron” los del Tropero Sosa y los del Babilonia, reclamando derechos del absurdo y uno terminó en el hospital.
Un amistoso que fue del Súper Depor, pero que dejó mucho que desear en algunas actitudes del público.