Los argentinos aceptamos la injusticia. Cada gobernante se alimenta del Estado cuando deberían tener conciencia y predicar el ejemplo. No generalizo. Tan pobres que somos y sin embargo los costos de la política son unos de los más caros del mundo. Son demasiados cargos por los pocos habitantes en un país inmenso que todavía no despierta. Favoritismo, arreglos, algunos sin un mínimo de preparación. Es una humillación para quien estudia, cree en su suelo y sueña. Algunos sólo trabajan para su propio interés y despojan a quien cree que habrá un mañana.
Amigos, el problema no es sólo el dólar; lo es también la poca consideración por la gente, el respeto, la educación. No se trata de ricos o pobres sino de humanidad. Los gobernantes y los sindicatos no se preocupan por esto. Y cualquiera de afuera ve que somos un país atrasado. Repito, no generalizo.
Los sindicatos fomentan esto. No exigen responsabilidad, disciplina. Sólo hablan de “maltrato”.
Un país es amor, unidad y respeto. Mandar con el poder y sin conocimiento es un fraude.
Nonna Teresa
CE 29.891