Por Natalia Lerena
Escondido entre la naturaleza de sus cerros y quebradas, Valparaíso guarda un pequeño entramado de callecitas angostas que suben y bajan abruptamente, mostrándonos maravillas arquitectónicas llenas de color.
Recorrer parte del Casco Histórico de esta ciudad, es descubrir sus casitas de colores y sus magníficos murales. Es admirable ver como el estilo victoriano se ha adaptado a la realidad geográfica del lugar, trascendiendo y creando un estilo propio porteño, fruto del ingenio de sus habitantes.
Los murales de los Cerros Alegre y Concepción son un capítulo aparte. Cientos y miles relatan y representan historias fantásticas de sus pobladores, de la mano de sus artistas. Cada espacio, cada rincón y cada calle es una muestra de talento y creatividad.
Anticuarios, restaurants, hoteles boutiques, salones… todos se funden para crear este paseo realmente encantador, digno de vivirlo a pleno.
La bohemia underground se da cita en sus restó. Un ejemplo de ello es “El Internado”, un multiespacio donde una variopinta clientela disfruta de excelente gastronomía, buena música y actividades culturales, en interiores exquisitamente decorados en estilo vintage.
Al caer la tarde, desde sus terrazas, la vista es imponente. Miles de luces adornan los cerros que guardan los secretos de la rica historia de Valparaíso.