Allá por mediados de 1991 comenzaron las obras de construcción del esperado Velódromo que fue inaugurado el 23 de febrero de 1992 con una de las etapas de la Vuelta de Mendoza. Habían pasado casi 50 años desde que se demolió el Velódromo de Independiente Rivadavia y la provincia estaba necesitando una obra como esa.
En un primer momento se llamó Velódromo Provincial, pero en 1997, se decidió darle el nombre de "Ernesto Contreras, Cóndor de América".
El óvalo de 333 metros, construido en cemento, está preparado para albergar todas las pruebas olímpicas y de espectáculo, finales de etapas de rutas, prólogos y presentaciones.
Posee tribunas naturales y pueden competir hasta 32 ciclistas simultáneamente. Con un acceso amplio y un túnel para no interrumpir las pruebas, el escenario es catalogado uno de los mejores del país.