Infinitamente práctico, salvador, siempre vigente, elegante, adorado por casi todas las mujeres y más que versátil. Estas y otras tantas características resultan justas para definir al vestidito negro o "Little Black Dress", como se lo llama en el mundo de la moda. Pero, más allá de sus atributos actuales, a lo largo de la historia tuvo varios significados.
“Esta opción infaltable del guardarropa acompañó distintos sucesos de la historia”, resume la asesora de imagen Laura Malpeli de Jordaan.
Su hada madrina fue la gran Cocó Chanel, quien popularizó los primeros diseños en este tono, cortos y al cuerpo. "Sus creaciones fueron publicados por primera vez en la revista Vogue en 1926 y representaban lo opuesto a lo que se esperaba en indumentaria femenina", agrega Malpeli.
El antecedente a esta innovación se puede encontrar en "en un retrato que data de 1884 de John Singer Sargent, llamado informalmente Madame X, donde podemos observar a una mujer usando un vestido negro por primera vez, sin que esto signifique luto", agrega Malpeli.
Para los historiadores de la moda, la idea de Chanel fue un acto de rebeldía. Hasta ese momento el color negro estaba totalmente prohibido en la indumentaria femenina. Su actitud fue de total desafío y provocación para la clase adinerada y elitista parisina, explica una nota del diario español La Vanguardia. "Se dice que en un encuentro con el modisto francés Paul Poiret, llamado el 'rey de la moda', Cocó llevaba su Little Black Dress. Él le preguntó '¿por quién lleva ese luto?' Y ella contestó: 'Por usted, señor'", completa la asesora de imagen Daiana Capel.
Más tarde, Christian Dior impuso el New Look, que también generó polémica. Eran los años 50 y la presentación de una mujer vestida con una chaqueta y una falda de color negro, con las caderas y el escote remarcados, generó polémica.
Luego, en los '60, Hubert de Givenchy y Audrey Hepburn crearon el tándem perfecto para que el icónico Little Black Dress, de la película "Desayuno en Tiffanys".
Ya en los '90, con un polémico minivestido de Valentino, Lady Di desafió el protocolo de la casa real, resume el diario La Vanguardia. Además, esa fue la vuelta de la vuelta al minimalismo, y esta prenda "se convirtió en un sinónimo de la simplicidad", agrega Malpeli.
Más allá de estos íconos, "el vestidito negro fue adaptándose a las tendencias. Bien al cuerpo, de encaje o algodón es siempre una alternativa presente cada temporada", agrega Capel.
Básico para adoptar
¿Cómo elegir el más adecuado? Aquí lo respondemos, dando algunos tips.
Elegirlo según el tipo de cuerpo
“Las siluetas triángulo invertido y rectángulo se verán favorecidas por las versiones con faldas tubo o lápiz, mientras que la figura triángulo, con una falda evasé. Además, para un busto grande, será mejor evitar un cuello a la base o demasiado cerrado”, detalla Malpeli.
Pensar en el estilo de vida o actividades más frecuentes
“Para alguien con una agenda abultada de reuniones de trabajo, un modelo con reminiscencias al estilo Jackie, de líneas rectas y arriba de la rodilla puede ser acertado. El caballito de batalla para fiestas o reuniones de noche puede ser aquel más escotado, con un diseño más osado o una textura con algo de brillo”, sugiere Capel.
Considerar dónde están colocados los detalles
“Las puntillas, transparencias o bordados se convertirán en los centros de las miradas y es importante que estén en partes del cuerpo que nos agraden y deseemos destacar”, completa Malpeli.
- Laura Malpeli de Jordaan es asesora de imagen certificada por Colour me Beautiful y directora de Styletto.
- Daiana Capel es asesora de imagen internacional. Realiza consultas personalizadas y grupales y capacitaciones.