Cuando la empresa para la que trabajaba como jefa de operaciones en Argentina le propuso un intercambio de unos meses en Lima, Eliana Sosa no lo dudó y armó las valijas. Una vez allí se enamoró de la ciudad y también de un cordobés que hoy es su marido. El regreso se pospuso y los meses terminaron por convertirse en años. Desde 2009 vive en la capital peruana, una ciudad que describe como "cosmopolita y gastronómica". En esta nota, Eliana exhibe Lima en primera persona y recomienda tres planes cuando se visita la ciudad.
Lo que más le gusta: El mar, que se encuentra a muy poca distancia de su casa, y el clima brumoso de las mañanas miraflorinas.
Lo que menos le gusta: el tránsito, desordenado y ruidoso.
Una calle: Francisco del Castillo. Su silencio es acogedor.
El Estadio, refugio futbolero: Este restaurante se ubica en el corazón histórico de la ciudad. Luego de una época marcada por la inseguridad, esta zona ha recuperado el brillo que tenía antaño ¡Una excelente noticia! Allí, a metros de la plaza San Martín, se encuentra El Estadio.
Se trata de un restaurante pero también un museo dedicado al fútbol local e internacional. Aquí las estatuas de Maradona y Messi se confunden entre las mesas, al igual que banderas, camisetas, fotos y demás souvenires futboleros. La carta es amplia y cuenta con sabrosas recetas de la cocina criolla.
Un recomendado es el spaghetti a la huancaína con lomo saltado. La atención de Ángel y su equipo es de primer nivel y un distintivo del local. Me gusta tanto este sitio que le dediqué una historia en mi blog de crónicas gastronómicas, El Pacto de los Elementos (https://elpactodeloselementos.wordpress.com/).
Barrio histórico y peña
El barrio histórico de Barranco se caracteriza por tener noches interminables. En una de las visitas de mis padres, descubrí la peña El Carajo. Aquí los espectáculos de luces y sonidos no se hacen esperar. Cuando uno ingresa, divisa los inmensos tablones que rodean a una pista de baile y a un escenario.
Por supuesto, los piqueos - nombre que reciben las entradas clásicas como chicharrón de pollo, tequeños o anticuchos- y la cerveza, son el preludio a la fiesta. Un animador es el encargado de anunciar cada show. Allí, en la pista, se ven mulatas bailar negroide (un baile festivo de raíces africanas) mientras una banda en vivo acompaña con los sonidos de las cajas y guitarras. Si uno lo desea, puede bailar y rodearse de la alegría que desprenden las noches en la peña El Carajo.
Mercado Chino
Si de adrenalina se trata, los invito a recorrer el laberinto del gran mercado Chino. Ubicado en las márgenes del centro de Lima, se erige un mundo paralelo digno de transitar. Una sucesión de puestos, de mercaderes, de negocios. Allí uno puede encontrar lo pensado y lo impensado, en una palabra: todo.
Desde patos desplumados hasta celulares chinos con tecnología de vanguardia. Se trata de un colorido lugar para visitar un sábado en la mañana. Si el hambre los invade, los chifas -restaurantes fusión de comida oriental con limeña- son el mejor lugar para experimentar la versatilidad de la gastronomía peruana que le ha dado fama mundial.
