Un duelo de polos opuestos pero con la misma misión: sumar los tres puntos. Otra opción no le cabía a ninguno. El Granate, para empezar a sumar puntos y abandonar la zona de descenso. El Lobo de General Alvear, para alcanzar a Montecaseros, convertirse en escolta y meterse en zona de clasificación.
Fue un partido más trabado que jugado. Sin embargo, durante los 90 minutos dio la sensación de que si el equipo de Andrés Villafañe aceitaba sus movimientos ofensivos, podría haber convertido un par de goles más. Ganó 1-0 y sumó tres puntos vitales.
Más allá de la diferencia que existe en la tabla de posiciones, un equipo juega con experiencia, tranquilidad y posee mayor jerarquía individual. Estamos hablando de Sport Club Pacífico. Por su parte, Luján Sport Club juega condicionado desde el minuto cero. En varios pasajes del juego, la ansiedad por querer convertir y cortar esta mala racha, le juega en contra. Tiene buen pie pero le falta decisión y efectividad a la hora de pisar el área contraria.
El equipo de Andrés Villafañe ganó el mediocampo y su mejor defensa fue la tenencia de balón. Hizo circular muy bien la pelota por todo el frente de ataque y creó innumerables situaciones de peligro pero Marcos Tobar, el número 1 del Granate, tuvo una tarde brillante, a pesar de que no pudo hacer nada ante la definición de Federico Amaya, al minuto del segundo tiempo. Centro al corazón del área, el centrodelantero la bajó con una calidad admirable y definió al rincón.
El tanto en contra golpeó fuerte en el plantel del "Pollo" Videla. No tuvo reacción. Sobre el final del partido, con muchos pelotazos, inquietó a Federico Giacone pero careció de profundidad.
Sport Club Pacífico tiene una identidad de juego y la respeta a rajatabla. El "Colo" Montiveros recupera, ordena y distribuye con criterio. Juega muy bien con la pelota en el momento de la transición.
Si en el Jardín del Bajo hubieran aprovechado cada escalada de Luciano Peinado por izquierda, la diferencia hubiera sido mucho mayor. El ex Gimnasia se cansó de quedar solo pero no recepcionó nunca el último pase.
Ganó el Lobo, dejó su huella y sueña en grande.
