Dos contratiempos hicieron que la noche iniciara de forma imprevista para el Deportivo Maipú. Lo que parecía un viernes tranquilo en calle Vergara terminó con el partido al borde de la suspensión.
Cuando ambos equipos caminaban hacia vestuarios luego del calentamiento inicial, las luces del estadio sobre el sector sur se apagaron súbitamente. Mientras, en la zona de camarines, a esa hora, la preocupación estaba centrada en lo que sucedía con Nicolás Olmedo, quien sufrió un inconveniente de salud y no pudo ser de la partida.
Un foco de incendio en una torre cercana al estadio fue el motivo que obligó a al árbitro Jonathan Correa a estirar el horario de inicio del encuentro. Afuera, mientras, a contrareloj, trabajaba personal del club y de una empresa privada para poder arreglar el desperfecto.
La buena voluntad de la visita hizo posible que la espera se extendiera por 1 hora 15 minutos. La intención del juez principal quedó de manifiesto desde el inicio del inconveniente: "Todos queremos jugar, así que vamos a esperar un tiempo prudencial".
Con la venia de ambos capitanes, la espera se prolongó lo suficiente para poder disputar el encuentro y no tener que reprogramarlo para el día de hoy.
Mientras, el Gringo Sperdutti iba y venía de un lado al otro del banco de suplentes, lamentando la mala suerte: "No me preocupa el corte de luz, sinceramente; estoy más preocupado por Nico Olmedo, quién nunca había tenido una suba de presión. Es increíble la mala suerte que tenemos".
Mientras, los jugadores no dejaban de moverse en el campo de juego. La escena parecía sacada de una película: en penumbras, los planteles hacían trabajos con pelota de un lado y del otro del campo.
Afuera, los intentos parecían infructuosos por resolver el inconveniente. Incluso un estallido en la torre del desperfecto hizo temer lo peor. Sin embargo, finalmente se resolvió la situación y Deportivo Maipú inició el encuentro programado frente a Sportivo Desamparados, una hora y cuarto después de lo previsto. A veces, la buena voluntad lo es todo.
Olmedo no pudo ser de la partida
El primer inconveniente de la noche se dio cuando Sportivo Desamparados saltó al campo de juego para calentar y Deportivo Maipú no lo hizo.
Algunos movimientos nerviosos en la puerta del vestuario marcaban que algo estaba sucediendo. "Olmedo no juega", fue el primer testimonio que pudimos recoger de un allegado al plantel, visiblemente nervioso. El volante sufrió una fuerte suba de presión, con un dolor de cabeza muy intenso, y había preocupación en el cuerpo técnico botellero.
A esa altura, Juan Noceda, el médico del plantel, confirmaba que el volante no iba a poder ser de la partida, pese a que él manifestaba sus intenciones de estar junto a sus compañeros. "Se le dio una pastilla y estaba algo mareado. Es raro porque nunca antes había tenido este problema. Mañana (por hoy), le vamos a realizar diversos estudios para traer tranquilidad al jugador y a sus allegados", confirmó el propio Noceda.
Nico abandonó el vestuario un rato antes del inicio del encuentro y se dirigió a su domicilio, acompañado por su hermano. Visiblemente afectado por la situación, dejó en claro su bronca por no poder ser de la partida.
En lugar del exGodoy Cruz actuó Nahuel Figueredo y para el banco fue convocado de urgencia el juvenil Tomás Albelo.
