El encierro y el desorden no son compatibles en ningún aspecto. El hecho de estar en casa tanto tiempo y no sentirnos cómodos puede resultar una desventaja al momento de cumplir con el aislamiento preventivo.
Más allá de que siempre nos gusta estar en ambientes donde predomina el orden, llevarlo a cabo a veces es una tarea difícil. Comenzar con pequeñas metas es el primer paso para comenzar con este cambio.
"Una casa ordenada es una mente ordenada", expone Marietta Vitale como su filosofía. Ella es la principal referente en organización y orden de espacios de Argentina. Dirige su empresa de organización y orden de viviendas, oficinas y locales comerciales y ayuda con múltiples herramientas a personas de diferentes partes del mundo a mantener su vida y espacios en orden.
En su libro "Terapia del orden", Marietta propone ejercicios prácticos para organizar espacios. "Creo que el orden exterior habla mucho del orden interior", plantea la autora, que ahora da a los lectores de Los Andes algunos consejos para poner en práctica.
"Hay dos cosas que son fundamentales en este momento: primero, no volverse loco ni exigente con el orden. Plantear pequeños proyectos pero también permitirse algún espacio de la casa, más si hay niños o adolescentes, permitir un espacio que esté desordenado. Están todos adentro y que el orden no genere conflictos entre unos y otros".
Podemos tomar la iniciativa de seleccionar pequeños espacios del hogar y paso a paso ir creando una armonía entre nosotros y el espacio.
"En segundo lugar, no querer atacar toda la casa por completo. Está bueno hacer pequeños proyectos y, si mañana tengo un ratito, me ocupo de un cajón de la cocina, después en otro ratito acomodo los medicamentos, después me ocupo de revisar la ropa interior, o las medias, o los juguetes de los chicos", aconseja.
¿Pero cómo llevar adelante este proceso? “Cuando uno tiene que ordenar es imprescindible hacerse dos preguntas por cada una de las cosas que encuentra. Suponé que voy a ordenar las cosas de los chicos y encuentro un osito de peluche. Por cada una de las cosas me voy a preguntar: ¿Esto se usa o no se usa? Si mi hijo no juega con ese peluche y cada vez que lo ve lo tira, eso no se usa y debería salir de mi casa”.
Es fundamental estar dispuestos a querer generar este cambio y no apegarse a lo material. "Hay una regla que siempre utilizo que es: si no lo usaste en el último año, eso debería salir de tu casa".
Ahora bien, una vez completada la primera etapa es momento de pasar al segundo paso. “Una vez que decidimos qué hacemos con eso, si se usa queda en casa y sino se va, la segunda pregunta es: ¿Dónde lo ponemos? Los peluches con los peluches, los tenedores con los tenedores, etcétera... Debemos encontrarle un lugar a cada cosa”, explica.
El orden requiere de un trabajo exhaustivo y preciso. Dedicarle tiempo y ganas a nuestro hogar puede resultar una tarea placentera pero a la vez muy agotadora. “Hacerse estas dos preguntas requiere tomar decisiones y creo que no es un momento para tomar decisiones lógicas. No hay que volverse loco y por eso hay que poner pequeños proyectos”.
¿Y dónde lo ponemos?
“Categorizar es la reina en este aspecto. Guardar las cosas por categoría. Es decir, igual con igual es lo más importante. Aquí entran los organizadores o contenedores, que son herramientas muy útiles”, nos comenta.
Por la situación actual no tenemos permitido salir en busca de estas herramientas, por ello una buena técnica es reciclar lo que tenemos en casa y aprovechar parte de los objetos que ya tenemos.
"A la hora de ordenar: cajas, cajitas y canastos nos pueden ayudar un montón. Divisores para los cajones son muy útiles. Cajas de tela o contenedores, o los canastos enormes de la ropa para guardar los juguetes. Uno puede ir moviéndolos; no importa que no estén categorizados, pero están fuera de la vista", apunta.
No poder salir no es una excusa, pues los objetos que tenemos en casa pueden adaptarse a cualquiera de las necesidades que tengamos. “Las reglas del orden aplican para todos lados, los divisores del baño son los mismos que podes poner en el cajón de la cocina”.
¿Qué hacemos cuando nos cuesta decidir?
Es un hecho, a todos nos cuesta soltar ciertas cosas que tienen un valor sentimental. Una prenda, un libro, un juguete. Al momento de organizar nuestros espacios, es importante ser sinceros con uno mismo y aceptar que algunas cosas ya no deben estar entre nuestras pertenencias.
"El 'por las dudas' es el mayor enemigo del orden: no te va a ayudar en nada a ordenar. Esto tiene nombre y apellido y es apego emocional. Siempre intento hacer un ejercicio: si tengo una colección de 100 revistas y no logro entender que está todo en internet y no las quiero tirar, yo propongo llevar ese número de tres cifras a dos cifras", recomienda Marietta.
“Quedate con 10 o 20, no con 90. ¿Tenés 50 cuadernos de los chicos de cuando iban a colegio? Quedate con cinco y tirá los demás. No estoy de acuerdo con tirar todo, pero sí ser consciente y quedarte con menos de lo que tenés. Es decir, tratar de reducir la proporción”, finaliza.