Las caras de los simpatizantes de San Martín, que concurrieron en buen número al estadio, son más que elocuentes. El Chacarero sigue preso de su carencia de gol y lo sufre en casa. No así de visitante, condición en la que suma tres victorias al hilo. En el Libertador General San Martín la historia es diferente: una victoria, dos derrotas y tres empates en fila.
¿Miedo escénico? Quizá. La realidad es que aun siendo superior al rival, como sucedió ayer, el equipo de Mauricio Magistretti se aleja de la conversación. Para colmo, todos en Ruta 50 y Lavalle extendieron sus lamentos por la agónica victoria de Montecaseros sobre Palmira, lo cual dejó al Chacarero a siete unidades de la zona de clasificación.
En favor de San Martín hay que decir que su arquero, Javier Videla, completó el quinto partido sin recibir goles. El último equipo que pudo convertir al Chaca fue Pacífico, en el 1-1 en el Este. Eso sí, todavía le falta lo otro: el poder de fuego, la jerarquía que muestran los equipos de arriba para capitalizar las oportunidades que se les presentan.
Porque no es que el León no haya fabricado ninguna chance clara para ponerse en ventaja. Todo lo contrario. El primer tiempo fue todo albirrojo. Salió con todo. Tan es así que a los 5' ya había tenido tres aproximaciones serias para que el adversario sacara del medio: un córner que Navalón conectó de manera defectuosa, otro cabezazo de Villaseca por arriba y otra jugada en la que Echarri se filtró sobre el área y se la "soplaron" cuando iba a definir.
Federico Illanes fue la figura: Marca, quita, la entrega siempre redonda y es vertical. Conceptualmente es el que mejor entiende el juego en el León.
Pero ese arranque altanero se fue diluyendo, los puntanos comenzaron a jugar lejos de Godoy y el partido entró en un pozo. Villaseca y Allosa sacudieron la modorra con sendos remates que se fueron cerca de los tres palos. Sin mucho fútbol, pero con garra, el Chaca siguió yendo. Y antes del final del primer tiempo, Villaseca quedó mano a mano y cuando iba a definir perdió estabilidad y le salió una masita.
Acto seguido, Illanes (el mejor del partido), robó y fue vertical: sacó un remate potente desde afuera, el arquero Godoy dio rebote, Villaseca gambeteó al "1" y, como no le quedó ángulo para definir, le sirvió el gol a Echarri, quien remató al gol pero el balón rebotó providencialmente en Destéfanis y se fue al córner. Increíble pero real.
Para el complemento, Magistretti mandó a la cancha al mellizo Juan Moyano por Martín. Así, Echarri bajó como extremo por izquierda y Coca se cerró a la posición de Martín como volante interior.
Pero el ex Rodeo pecó de displicente y se ganó la reprobación del público chacarero. Illanes seguía jugando por todos, pidiéndola siempre e intentando llevar al equipo al frente. A los 4' Villaseca sacó una mediavuelta potente y el balón no entró de milagro. El Albirrojo metía al rival contra su arco.
Cuando el reloj marcaba 11', Moyano bajó el balón de pecho en el área y sacó una volea de zurda por arriba del travesaño. La única vez que Videla tomó el balón con sus manos fue cuando Sánchez remató desde afuera a los 17'. Y en la réplica de esa jugada, Villaseca mandó un centro con zurda y Echarri alcanzó a peinar un balón que se fue cerca del palo derecho.
Esa fue la última acción elaborada de San Martín, que entró en la telaraña del rival y se fue consumiendo por el nerviosismo. Nicolás Correa amenazó con darle algo de claridad en los últimos metros de la cancha, pero no fue suficiente. No hay caso.
De visitante es un León y de local, un gatito que no asusta a nadie. El próximo fin de semana visitará al puntero y ahí la historia puede ser diferente. De todos modos, la deuda sigue siendo interna.