“Estamos en pleno cruce de la cordillera. Unos lagos inmensos y unas altas cumbres van pasando debajo…”
Así comienza la última carta de mi padre fechada el 1° de noviembre de 1965 y que llegara a manos de mi madre días después del accidente. Se refería al cruce de la majestuosa cordillera por el paso de Malargüe. Dos días después sucedería la tragedia que los familiares no nos cansamos de contar, como una manera de mantener viva esta historia sin final.
El 3 de noviembre de 1965 dos cuatrimotores Douglas de la Fuerza Aérea Argentina, matriculados como TC-48 y T43 despegan de la base Howard en Panamá, con destino a El Salvador, en cumplimiento del viaje final de instrucción de la 31° promoción. A mitad de la ruta el TC-48 se declara en emergencia por fuego en un motor. Su compañero de viaje, el T43, enterado de la emergencia, decide continuar hacia El Salvador. La última comunicación registrada del TC-48 informa que continúan hacia Puerto Limón en Costa Rica.
Los familiares seguimos buscando con la certeza que cayó en la selva de Talamanca. En estos momentos debería haber una expedición en curso en la selva de Costa Rica, con el apoyo de familiares y amigos, ya que el Estado nos ha abandonado. A último momento se canceló debido a la enfermedad de uno de los integrantes.
Soy parte de una de esas 68 familias que fuimos alcanzados por esta tragedia, hijo del comandante Mario Nello Zurro. Hace 56 años lo despedí siendo un niño, pensando que iba a volver pronto. Crecí y seguí la carrera de piloto militar, finalizando en la actividad comercial. Aún tengo fe que encontraremos el avión y cerrar esta historia llena de intrigas y desaires.
En nombre de todos los familiares agradezco a diario Los Andes, uno de los pocos medios que siempre se ha ocupado de publicar sobre la desaparición y búsqueda del TC-48.
*El autor de la nota es hijo del comandante Mario N. Zurro. Córdoba