Hasta hacen no más de pocas semanas, la Confederación General del Trabajo, era dueña de las calles que cortaba o invadía cuando quería.
Los piqueteros a su vez, también se adueñaban de plazas, calles y distintos lugares, cortando el tránsito a cualquier ciudadano, vehículo o colectivo, que quisiera pasar por el lugar.
En la última manifestación de la CGT, antes de fin de año, no solo no se cortaron calles y la movilización se hizo con todo orden, sino que hasta le pasó al gobierno una nota, avisando o solicitando permiso para realizar esa manifestación – que como digo – después de muchos años, fue en paz y armonía.
Las cosas van cambiando en nuestro país. Y es que no era posible que siguiéramos viviendo en el desorden, en el no acatamiento de la ley, en el que algunos pocos o muchos, fueran dueño del espacio, del tiempo o del tránsito de los demás. Aparentemente aires nuevos van soplando en nuestro país, para bien de todos.
Dentro de la ley se puede vivir en paz y armonía, fuera de la ley o violándola, surge el caos. Y eso era lo que imperaba en nuestra sociedad. Cada uno hacía lo que se le daba la gana y eso, es vivir dentro de un desorden que a nadie beneficiaba. Ni siquiera a los propios manifestantes, ya que en el desorden, no se logra nada.
Por fin las cosas van cambiando, y si bien, es prematuro suponer que esto seguirá así, es dable pensar, que por fin, la razón va ingresando en nuestros piqueteros. Que se pueden hacer marchas o peticiones que la ley permite, siempre y cuando no se conculque el derecho de los demás.
¿Por qué podrían algunos cortar calles en desmedro del derecho de los demás? ¿Por qué algunos podían hacer piquetes, romper cosas, tirar piedras o dejar hecho un verdadero chiquero el lugar conde acamparon o se manifestaron, en contra del orden y la limpieza que también merecen los demás ciudadanos?
Pareciera que estamos cambiando. Que por fin nos estamos dando cuenta que en una nación civilizada esas manifestaciones no eran posible. Que si bien nos habíamos acostumbrado a ellas, ya eran insufribles y cada día se agravaban mas las consecuencias.
Por fin estamos entrando en la normalidad. En el que cada uno debe cumplir con la ley. En el que dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. La única forma de vivir en paz y armonía dentro de un país civilizado y organizado.
Esperemos que esto sea el principio de la convivencia en paz y dentro de la ley, lugar que nunca debimos abandonar.
* El autor es abogado. DNI 6.800.735.