Dice cierto señor que aspira a ser presidente del Banco Central, que el general San Martín, no fue el Padre de la Patria, sino que fue un mito creado por un hombre (Mitre) que escribió la historia como una novela provinciana. Puede ser que sea un buen economista, pero no estudió lo suficiente porque desconoce la historia, porque se ha instruido de algo para serle útil a un personaje mediático que en definitiva busca ampliar la tan mentada e hiriente grieta que nos divide.
Fue Domingo Faustino Sarmiento, quien denominó a San Martín, como el Padre de la Patria, contemporáneo del Libertador, él y Mitre valoraron el esfuerzo, la inteligencia y la valentía de San Martín para liberar a medio continente, aun teniendo en su país enemigos tan feroces como los que enfrentaba en el campo de batalla.
Defenestrar como pretende Ocampo la figura de San Martín, de la historia y del sentir de los argentinos, es faltarle el respeto a la patria, es ignorar la libertad que tanto proclama, es ensuciar el nombre de quien prefirió ser lo que debía a no ser nada.
Sin duda debe gravitar en Ocampo, unas ansias irrefutables de trascender, de ganar publicidad, de convertirse en un personaje que lleve agua para un molino ajeno, donde sin duda debe obtener dividendos.
¿Conocerá Ocampo el legado del Gran Capitán? ¿Habrá investigado el rumbo de San Martín en América, a través de todas las campañas y de los distintos Jefes militares que buscaban no sólo conocerlo, sino contagiarse del genio y capacidad de un grande?
¿No sabe acaso que sólo un genial estratega pudo armar un ejército de la nada, instruir a los más humildes, gobernar y repartir justicia como lo hizo en su Mendoza querida?
¿Nunca leyó las cartas de San Martín, ni los partes firmados por su puño y letra, en los campos de batallas?
Dudar de la campaña libertadora en Chile, de su derrotero en Perú, de su renunciamiento, de su postrer viaje a Chile y de ahí a Mendoza y no disfrutar como debía y se merecía su ínsula cuyana y tener que viajar a Buenos Aires casi escondidas para no ser víctima de sus enemigos internos, que lo habían traicionado negándole todo tipo de ayuda, es simplemente renegar de ser argentino.
Si pretende aportar ideas para una nueva Argentina, se equivoca, porque si algo tiene en claro y mantiene unido al pueblo argentino es el Libertador don José de San Martín.
Ocampo, llámese a silencio, los argentinos no nos merecemos personajes como usted.
* Oscar Alberto López. DNI 13.450.871. Es escritor y periodista de Junín.
