Los votantes argentinos gustan de votar a los dirigentes más ladrones. Así por ejemplo tenemos en el “Robo para la corona”, que el principal ladrón, desde que se supo de sus robos siguió en el cargo público y murió siendo Senador Nacional.
Y actualmente la argumentación K desde sus orígenes en 2003 para justificarse ideológicamente, manifestaba que “lo suyo no era robo sino una transferencia de recursos de arriba hacia abajo, de la oligarquía hacia el pueblo que Ella con su marido representaban o guardaban”. Aunque su guardarropa y sus joyas fueran de un valor exorbitante y su declaración de bienes descomunal. No obstante, más votos conseguían.
Pero el alegato del fiscal Diego Luciani está desmantelando dicho argumento. Y ya han llegado a las pruebas, que se están haciendo conocer al pueblo, por eso “los acusados, se desesperan cada vez más y actúan en consecuencia, desesperados”.
A través de este juicio se está combatiendo la injusticia.
Ya que la justicia “es una manera de capacitar a la ciudadanía para salir del atraso del país”.