Esta fecha se celebró el pasado 1 de octubre. La propuesta es que las personas de edad vivan activamente su vejez. Levanten sus cabezas, sus mentes, sus corazones. Escuchamos lo que tienen para decirnos, sus gustos, sus historias, sus sueños y proyectos.
¿Notaron que al cumplir los 65 años la persona como individuo, como ser de derechos, desaparece? ¿Se esfuma de la sociedad? Ocupa el lugar de la pasividad, de la discapacidad, del anonimato, del inservible, del tutelado.
En este contexto de pandemia, y formando parte de las personas de riesgo por la edad, se han puesto en vidriera las personas mayores en el mundo. Se nombran más, pero no precisamente para revalorizarlas sino para volver a silenciarlas, para anularlas, para invisibilizarlas paradójicamente.
Este día y todo este mes merece que reflexionemos sobre el lugar que ocupan las personas mayores en nuestra sociedad. No debemos hacernos eco de los viejismos, es decir, de las formas de discriminación hacia las personas mayores. También pensemos si somos los primeros en vulnerar sus derechos ciudadanos, personales, sociales, asistenciales, etc. Observemos cuál es el trato que le brindamos desde el lugar que ocupamos como familia, profesionales de la salud, administrativos, y todas las áreas de la sociedad.
*La autora es Docente en la Universidad de Mendoza.
