Se sostiene que el mundo se inició la tarde del 23 de octubre del año 4004 a.C., según los cálculos del arzobispo James Ussher, arzobispo primado de Irlanda y vicecanciller del Trinity College de Dublín.
Este hombre anunció con “precisión” que el mundo (y el universo) había comenzado a las 6 de la tarde del domingo 23 de octubre del año 4004 a.C.
La fecha la había “descubierto” tras estudiar el Génesis y contar las generaciones sucedidas desde que Adán y Eva fueron echados del Paraíso, el 10 de noviembre de 4004 a.C. Esta aseveración fue seguida al pie de la letra hasta el siglo XVIII.
El teólogo inglés John Lighfood corrigió a Ussher en 1658, diciendo que la fecha exacta había sido el 17 de septiembre del año 1659 a.C., a las 9 de la mañana. El doctor Lighfood era vicerrector de la Universidad de Cambridge y llegó a esta conclusión luego de un “cuidadoso” estudio del Génesis.
Todo esto se complicó cuando empezaron los hallazgos de grandes huesos fósiles que el reverendo inglés Robert Plot aseveró que eran fémures de hombres gigantes o dragones llenos de poderes mágicos, dándole la razón a la ciencia china, aceptando también que los restos podían ser de gigantes bicéfalos como imaginaron las tribus aborígenes de América del Norte.
Esto no deja de ser interesante, porque hay versiones de que nuestra menospreciada Tierra tiene más de 4.000 millones de años, pero siempre se necesita de fechas para conmemorar o festejar algo.
Ahora, eso de la fecha del despido del Paraíso de Adán y Eva el 10 de noviembre (¡genial!), tiene su importancia y no está para desecharla porque si algo les faltaba a nuestros gobiernos fiesteros con poco interés del trabajo había que tenerlo en cuenta para un “finde”.
Prof. Armando A. Rivera. DNI 6.884.128