A la orilla de la acequia, por supuesto, en Mendoza, pero también por las calles, en las alamedas o entre los cerros, sigue sonando el canto de su guitarra y sus palabras sencillas y profundas, sigue su poesía serena y sabia llenando el aire del aroma fresco de lo cotidiano y de lo trascendente cómo sólo el gran “Manolo” Tejón supo hacerlo.
Cuanto ejemplo en su persona para imitar, su coherencia, su trabajo serio rescatando lo auténtico y original de su tierra, nuestra tierra, su compromiso con la gente y con el suelo, y , en sus últimos años entre nosotros, que, cómo se había comprometido en Entre tonada y tonada, no quiso llevarse nada y nos dejó otro ejemplo con su lucha por el agua pura y coronando aquellas palabras “...antes eran arenales, puro sol y llamaradas... Dicen que tuvo amores con un regador el agua y un día de claro sol nació mi Mendoza amada” , nos mostró orgulloso en su pancarta dónde escribió:
“Mendoza es hija del agua”.
Gracias maestro.
Oscar Gordillo. DNI 16.011.691