Existieron varios proyectos para instalar una monarquía en nuestro territorio. Mencionaremos solo algunos. El primero, en 1808/9, que implicaba designar reina a la Princesa española Carlota Joaquina, hija de Carlos IV y hermana de Fernando VII. Le siguieron tres: las gestiones realizadas en España (1815), en Francia (1819) y el de 1816 proponiendo al Inca Juan Bautista Tupac Amarú.
Desde 1987 existe el Movimiento Monárquico Argentino con mayoría peronista. Aunque no se lo nomine así, en los hechos estamos camino hacia la monarquía absoluta, sin límites. Así vemos que el poder ejecutivo pretende subordinar al judicial y transformar al legislativo en una escribanía. El poder real reside en la vicepresidencia que ya tiene elegido a su primogénito como sucesor. El país vive pendiente de los problemas particulares de la familia real. Pueblos muy cultos sucumbieron ante salvadores de la patria, sufriendo y haciendo sufrir a otros grandes penurias económicas. Soportamos una larga decadencia y seguimos atrasándonos respecto al concierto mundial.
¿Seremos tan imbéciles los argentinos de permitirlo?
