No se está ausente cuando se está sereno. Y el tumulto sólo es ruido que conduce al desconcierto. El mundo reclama por sus derechos; mientras la tierra implora por sobrevivir, y los pueblos se someten por la ignorancia.
Nos volvemos vulnerables, individual y colectivamente, cuando perdemos nuestra identidad, dejando de lado aquello que sostiene esta seguridad que nace de la misma estructura interior del ser.
Ya no podemos dejar que otros respondan por nosotros. Claro, demasiado esfuerzo buscar, y aún más sobrellevar la respuesta, en caso de que la encontremos. Parecería que todo está dicho, todo está escrito, todo está preestablecido. No sé entonces para qué buscar más allá lo que no podemos realizar aquí mismo. Porque, en definitiva, el mundo será el resultado, como siempre, de nuestros propios actos: los hechos son los testigos de esta historia.
Cuando uno sabe quién es, sabe a dónde va, y recupera su fuerza. Llevar una vida ordenada requiere esfuerzo, atención y distancia de todo aquello que nos impida “ser simplemente lo que debas ser; o no serás nada”.
Liliana Bandini. DNI 10.501.180