“Imaginate que no hay Dios, ni religiones, ni fronteras ni propiedad privada…” ¡Es el Manifiesto Comunista!, dijeron los lacayos de Richard Nixon.
John se quejaba luego de que lo seguían los agentes de la CIA y del FBI y de que Migraciones le negaba la “Green Card” para residir legalmente en EEUU.
No era nada de eso, muchachos, era un hermoso sueño, nada más.
Y yo soy tan ingenuo a mi edad (porque yo recuerdo cuando ese disco salió, hace 50 años, es obvio que ya no soy un pibe) que todavía creo en ese sueño, tan sencillo como “vivir la vida en paz en una hermandad humana”.
Algún día, así será. No pierdo la esperanza.
Memoria eterna al gran John Lennon, uno de los artistas más importantes de su siglo, que fue también el de nuestra juventud.
*El autor es mendocino residente en Quebec, Canadá.