Con respecto a la nota aparecida en este diario el 11 de marzo pasado, del escritor José Narosky, debo manifestar que comparto los conceptos allí vertidos sobre la vida artística del maestro Julio de Caro y debo reconocer que por estos atributos musicales, como arreglos orquestales, especialmente armonía y contrapunto, el acompañamiento armonizado del piano, el fraseo de los bandoneones, los contra cantos del violín, etcétera; hicieron que Julio de Caro creara una verdadera escuela de ejecución musical evolucionada, conocida como Decarismo.
Por último deseo mencionar dos tangos de su autoría: Boedo, con letra de Dante A. Linyera, que se refiere a la calle y al barrio de Boedo, cuna del Arrabal y el proletario inmigrante y porteño, también con intelectuales de la talla de Florencio Sánchez, Payno, Carriego, Almafuerte, Barletta y otros, para enfrentarse amigablemente a otro movimiento literario; el grupo Florida, con el nombre de la calle porteña y el supuesto refinamiento de sus colaboradores.
Por último, el tango Buen amigo, con letra de Carlos Marambio Catán, este tema fue compuesto a comienzos de 1925 cuando actuaba con su orquesta en el Cabaret Chantecler y se lo dedicó al famoso médico cirujano Enrique Finochietto, que había intervenido con éxito y ha pedido suyo, a la madre de un amigo y cuyo recitado final dice: “El tiempo cruel no ha de borrar jamás tu fiel recuerdo, buen amigo leal…”
*El autor es Socio Fundador Ateneo del Tango Mendoza.
