Alfredo Metraux (1882-1954), clínico y cirujano suizo, actuó en Mendoza desde 1910; sus últimos años los pasó en su patria.
Lo recuerda con su nombre el hospital de Fray Luis Beltrán, Maipú, y también el libro “La vieja casona”, de Zelmira Garrigós, editado por la familia von der Heyde en 1972, que recoge estas anécdotas:
En una oportunidad atiende en su consultorio a un criollo del departamento de Lavalle, hombre en extremo rústico.
Diagnostica su mal, le extiende una receta y le da instrucciones.
Cuando el enfermo sale, un pariente que lo acompaña le pregunta de qué sufre. No sabe responderle. “Y si no sabís, ¿qué le dirás a tu vieja?”.
Vuelve el hombre al consultorio, retorciendo su chambergo entre las nerviosas manos, y se interesa por su diagnóstico.
“¿Para qué querés saber, si no conocés medicina?”, le pregunta el doctor Metraux.
El hombre insiste. Entonces el facultativo le aclara: “Tenés una buena gastroenteritis”.
Preocupado sale el hombre, y dice a su acompañante: “¿Y cómo no me diba a dolé? Tengo adentro un gato enterito”.
En otra ocasión lo consulta un criollo que había reñido con un chileno en Los Árboles, Tunuyán.
El chileno le había abierto el vientre con una medialuna -arma peligrosa que usó con pericia- y se dio a la fuga.
El turco bolichero le lavó las tripas con grapa, se las metió en el vientre y lo cosió con el punto, la aguja y el hilo usuales en las bolsas de cereales. Sanó el hombre, pero le quedó una tremenda cicatriz abultada y deforme.
Un amigo que se la ve lo convence de ver a un médico; le parece peligrosa.
Y el médico elegido es el doctor Metraux.
Éste escucha el relato, la examina prolijamente y llega a las siguientes conclusiones: “Ejercicio ilegal de la medicina por parte del bolichero; excelente cirugía; aspecto estético no estimable, teniendo en cuenta que el cliente no es vedette de teatro de revistas”.
Ricardo Enrique Falanga Herrera - DNI 13.553.091