Es preciso reemplazar al sistema presidencialista, por la modalidad parlamentarista dado que, el actual tiende a una peligrosa concentración del poder en una persona, con todo el daño que esto genera, y a la progresiva anulación efectiva del Poder Legislativo convirtiéndolo en un ente casi decorativo.
Además, el sistema parlamentarista tiene las ventajas siguientes:
1) Permite el rápido reemplazo de un primer ministro que contraríe marcadamente el pensamiento de sus representados.
2) Impide las prácticas de golpes militares y/o institucionales.
3) Restituye al Parlamento, permite y exige una comunicación más eficiente entre representados y representantes.
4) Dificulta las prácticas gravosas de las últimas décadas del Ejecutivo, que suele rodearse de intereses económicos de empresarios y grupos privilegiados que perduran impunemente por los cuatro años.
5) Evita casi totalmente la formación de personalismos y abusos, propios de monarquías absolutas, que avasallan derechos y generan retrocesos en el desarrollo democráticos de los pueblos.
6) Impide que el Poder Legislativo sea dejado de lado y limitado a través del DNU y otras herramientas y maniobras de dudosa constitucionalidad.
* Julio A. Salvarredi. DNI: 10.036.527.