Pareciera que nos han anestesiado. De ser un pueblo con mucho valor y tesón nos hemos convertido en un pueblo indolente. Nada nos afecta. Nos dejamos conducir como un rebaño pacífico de ovejas.
¡Qué nos está pasando, argentinos! Se ha perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores. Y se explota al pobre y a eso lo llamamos ‘suerte’.
Se recompensa la pereza y lo denominamos ‘ayuda social’.
Hemos matado a nuestros hijos que aún no han nacido y lo designamos ‘libre elección’.
Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado ‘desarrollar su autoestima’.
Al abuso del poder lo hemos llamado: ‘política’.
A la codicia de bienes de nuestro vecino los hemos llamado ‘tener ambición’
Se han contaminado las ondas de radio y televisión con mucha grosería y pornografía y lo hemos llamado ‘libertad de expresión’
Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto se lo llama ‘obsoleto y pasado’.
Despertemos, si no lo hacemos desaparece nuestro país. De ser un país pujante, educado y soberano lo vamos transformando en una aldea de posguerra, con seres sin esperanzas, sin ganas de vivir, sin ambiciones. Con la droga por doquier, para poder sentirse fuertes y ahogar la desesperación de no tener nada, de no ser nadie. Ya es hora de despertarnos… ¿no les parece?